MI VIAJE: EMILIO CALDERÓN

 

 

Por Chus Sanesteban / Cristóbal Navarro

 

Emilio Calderón . Escritor.©Mari Luz Bravo

¿Cuál es el viaje más apasionante que ha hecho?

Al desierto de Tar, en el Rajastán.

¿Qué lugares visitó?

Desde Jodhpur viajé a Jaisalmer y Bikaner.

¿Lo mejor del viaje?

La silueta de la ciudad amurallada de Jaisalmer vista desde el desierto cuando el sol estaba a punto de ponerse. También el colorido de las gentes del Rajastán y la comida local.

¿Cómo fue el recorrido?

En autobús. Viajaba de noche para evitar las altas temperaturas, que en las horas más calurosas del día rondaban los cincuenta grados centígrados. El destino final fue Jaipur, después de atravesar el desierto de Tar.

¿Cómo es el paisaje?

Feraz, árido y hosco. Un extenso mar de duras y planicies donde crece un arbusto de tanto en tanto. La sensación que se tiene es la de estar navegando por un mar en tierra firme.

 ¿ Qué idioma hablan?

Rajastaní, hindi e inglés.

 ¿ Es posible ver sus ritos?

Sí, siempre que se respeten unas normas básicas. Por ejemplo, hay numerosas aldeas pobladas por los llamados Langis, que son cantantes y músicos llegados de Pakistán que viven en casas de adobe. Escuchar la música de los sarangis (una especie de violín local) en ese ambiente es una experiencia inolvidable.

¿ A qué huele?

A polvo y a la fermentación de los excrementos de las muchas caravanas de camellos que transitan a diario por el desierto.

¿Regalaría su viaje?

Sí, sin dudarlo.

¿ Por qué no volverías?

Volvería.

Una anécdota.

Un camello me mordió la pierna ante mi obstinación por obligarlo a caminar.

 

 

 

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