Simplemente PARÍS

 

Por Arturo Bullard

Llegamos a París vía Amsterdam a finales de septiembre de 2011.Una vez en el aeropuerto, tomamos un autobús que nos dejó en el Arco del Triunfo. Desde ahí, decidimos caminar hasta nuestro hotel. Calculamos mal la distancia y al final caminamos más de una hora arrastrando nuestras maletas por las irregulares veredas parisinas.

Nuestro hotel estaba muy bien ubicado, en el Barrio de la Madeleine, aunque el minúsculo tamaño de la habitación no iba acorde con el altísimo precio. Era la tercera vez que estaba en París, una ciudad de ensueño, considerada para muchos como la capital de Europa. Mi primera vez en la ciudad  de la luz fue hace mucho tiempo, a los 14 años.Estuve un par de días de paso camino a Caen, viaje junto al equipo de ciclismo del Club Regatas Lima en mi época de deportista.La verdad no conocí casi nada aquella vez. La segunda oportunidad fue en el año 2000, se puede decir que fue la primera que disfrute París, una ciudad en la que el sólo hecho de caminar por sus calles y barrios  es todo un placer.

Poco rato después de llegar, nos dimos una ducha y salimos a caminar, era imposible quedarse en el hotel, a pesar del cansancio del viaje había que salir, estábamos en París, teníamos que recorrerlo. Dimos una vuelta por la Madeleine, una iglesia atípica debido su inusual estilo arquitectónico neoclásico, se asemeja más a un Partenón. Esta iglesia se inauguró en el año de 1842 ,después de más de 80 años de construcción.

Seguimos nuestra caminata nocturna hacia la Plaza de la Concordia. El centro de la plaza, la más grande de París, es adornado desde 1836 por un imponente obelisco de más de 3300 años de antigüedad y casi 23 metros de altura. Este monumento fue un regalo de Egipto a Francia. La historia de la Plaza de la Concordia se remonta a la época de Luis XV. En tiempos de la Revolución, la plaza fue tristemente célebre con la instalación de la guillotina. En 1831 el virrey de Egipto le regala a Francia el obelisco que marcaba la entrada al templo de Aman en Luxor. Luis Felipe I decidió instalarla en la Plaza de la Concordia, para olvidar las muertes que sucedieron en este lugar, siendo colocada en la Concordia  cinco años después, en 1836.

La torre Eiffel

A la mañana siguiente, tomamos el metro de París, y salimos a la altura de la estación del Trocadero al lado del Palacio de Chaillot, ahí nos topamos con la Torre Eiffel, símbolo indiscutido de Paris y de Francia. La Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de 1889 que se celebraría en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Gustave Eiffel y su compañía fueron los emprendedores de este proyecto. Comenzaron a construirla en 1887 y fue concluida dos años después. La obra generó muchas controversias entre los artistas de la época que pensaban en la torre como en un «monstruo de hierro» en medio de la ciudad del romanticismo.

La Torre Eiffel pesa unas 10.000 toneladas y su altura es de 324 metros, incluida la antena de radio y televisión que fue añadida muchos años después. Trabajaron en ella unos 200 obreros que unieron más de 18.000 piezas de hierro con 2 millones y medio de pernos. Los cimientos alcanzan los 30 metros de profundidad, debido a la proximidad con el río y la naturaleza del subsuelo. La torre está compuesta de tres niveles, se puede acceder a los dos primeros mediante 1665 escalones. También hay la opción de subir en ascensor.

Luego de disfrutar un par de horas de esta magnifica torre, bajamos hacia el Campo de Marte, un gran parque del cual se tiene otra vista de la Torre Eiffel, mucha gente parisina y turistas llegan al Campo de Marte a hacer picnic y a pasar el dia al pie de este majestuoso monumento.

Decidimos regresar caminado por las calles de París. Es como andar en un museo al aire libre. Todas las calles son bonitas y con muchos detalles.Uno camina y camina, va devorando calles y calles y ni cuenta te das que las horas van pasado. Llegamos nuevamente a la Plaza de la Concordia, aprovechamos de subir a la gran rueda de la fortuna donde se tiene una increíble vista de los Campos Eliseos y del Arco del Triunfo. Seguimos nuestro camino por los bellos y enormes Jardines de Tuileries. Estos jardines unen la Plaza de la Concordia con el Museo de Louvre.Por los jardines uno respira la belleza de esta ciudad. Piletas, estatuas, monumentos junto a cientos de parisinos caminando, leyendo o simplemente disfrutando del entorno adornan el lugar. Cerca al Museo de Louvre se encuentra Arco de Triunfo del Carrusel, una versión más pequeña del famosos Arco del Triunfo. Napoleón lo mandó construir en 1806 en conmemoración de sus victorias militares.

Monumento en los Jardines de Touliers

Llegamos al Louvre.Con sus cerca de 300,000 piezas es uno de los museos más antiguos e importantes del mundo. Alberga piezas tan importantes como la Venus de Milo, la Gioconda, la Victoria Alada de Samotracia, El Escriba Sentado, El Retrato de Baltasar Castiglione, Las bodas de Caná, etc.

Museo del Louvre

Continuamos con nuestra caminata parisina. Visitamos la bella Iglesia de Saint German,construida en el siglo XI.Es la más antigua de Paíis. Fue la más importante hasta la construcción de la catedral de Notre Dame. Salimos de Saint German y llegamos a Notre-Dame, sin ninguna duda, uno de los símbolos de la ciudad. Si bien no es la catedral más grande de Francia, es una de sus obras de arte gótico más remarcables. La famosa obra de Víctor Hugo «Notre Dame de París», escrita en 1831,que relata la historia de Quasimodo, el jorobado de Notre-Dame, está inspirada en este lugar.

Detalle de la entrada de Notre Dame

Tuvimos toda la intención de subir a las torres de Notre Dame, pero había tanta gente que nos iba a llevar varias horas la visita. Nos tuvimos que conformar con apreciar de su belleza desde la parte baja.Tomamos algunas fotografías y regresamos hacia el hotel recorriendo parte del Río Sena y sus hermosos puentes.

El río Sena hace parte del paisaje y de la historia de París, es imposible hablar de esta ciudad sin hablar de él. Pese a que el Sena tiene una longitud de 780 km. desde su nacimiento en la Meseta de Langres hasta su desembocadura en el Canal de la Mancha, son los 13 km. que atraviesan París los que lo hacen conocido mundialmente. Hay que tener en cuenta que París nació en el Sena y que sus principales actividades comerciales estuvieron siempre vinculadas a la navegación. Una de las actividades más tradicionales en París es el paseo en barco (Bateaux-Mouches) por el Sena. Este paseo permite una visión diferente de los principales monumentos que se encuentran en ambas orillas del río.

Cruzamos el puente más emblemático y bello de París, el puente Alejandro III que fue construido para la exposición universal de 1900. Lleva el nombre de un zar ruso en honor a la alianza entre ambos países. Cuatro imponentes columnas de 17 metros de alto rematadas por estatuas de pegasos en bronce dorado se encuentran a ambos lados del puente, 32 columnas de alumbrado de hierro forjado a modo de candelabros iluminan el puente.

Candelabros de hierro forjado sobre el Puente Alejandro III

Salimos del hotel a las 9 am, caminamos nuevamente hacia la Plaza de la Concordia, comimos un Hog Dog al paso, recorrimos y nos relajamos una vez mas en los bellos Jardín de Tuileries. Cerca del mediodía tomamos el metro hacía Montmartre.Montmartre es el barrio más bohemio de París, ubicado en lo alto de la Colina del mismo nombre, coronando la ciudad de París, se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre (Sacre Coeur). El barrio de Montmartre se caracteriza por sus bellas callecitas cuesta arriba, sus escaleras, y sus inconfundibles y acogedores cafés. Es conocido también como el Barrios de los Pintores. Para subir a Montmartre se puede tomar un funicular que nos deja en la puerta de la Basílica de Sagrado Corazón, la otra opción es subir a pie.

Calle de Montmatre

La Basílica está en lo alto de la colina, donde la vista es realmente espectacular. Sus orígenes datan de 1870, cabe destacar que la construcción se realizó con dinero obtenidos con colectas en toda Francia, estando los nombres de los donantes, muchos de ellos modestos, inscritos en la piedra de la Basílica.En Montmartre almorzamos en uno de los cafés de la plaza, recorrimos sus calles, compramos algunos recuerdos, tomamos fotografías y regresamos hacia el centro de la cuidad. En la parte baja de Montmartre se encuentra el Barrio Rojo de París, en donde uno puede visitar el famoso y mítico Moulin-Rouge.

Por la tarde fuimos a la Galerías Lafayette, una de las zonas comerciales más importantes y caras de la ciudad.

Pintor en Montmatre

Más información:http://arturobullard.blogspot.com.es/

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