Huertos urbanos: ocio verde

Por Alicia Martín López.

Es complicado saber cuándo empieza este gran movimiento en el que están empezando a resurgir tantos huertos urbanos y periurbanos en las grandes ciudades, quizás desde siempre han existido, pero es ahora cuando sentimos la necesidad de disfrutarlos, cuando somos conscientes de su existencia.

Pero no nos anticipemos, quizás al lector le interese saber qué son los huertos urbanos y cómo funcionan, se trata de iniciativas públicas, asociativas o privadas en las que se habilitan espacios en la ciudad o alrededor de las ciudades para que puedan ser utilizados como huertos, por los propios habitantes de la ciudad, como indicaba al principio. Para algunos de los lectores, verán que esto no es nada nuevo, pues muchos tendremos, seguramente, recuerdos de haber visto huertos en los centros de las ciudades y sobre todo a las afueras de las grandes ciudades. Dar un paseo por las afueras era garantía casi inequívoca de encontrar pequeños agricultores cultivando su trocito de terreno, o recogiendo la cosecha del día.

Esta necesidad resurge ahora que el campo y el trabajo agrícola en la comunidad de Madrid se reduce a algunas excepciones. Donde parecía que el único valor del suelo era el que arrojaba la construcción, nos encontramos cada vez con menos espacios en los que poder realizar actividades de ocio relacionadas con el medio y poder establecer y recuperar ese vínculo tan especial con la naturaleza. Una de estas formas de ocio son los huertos urbanos, algo tan tradicional y antiguo como la especie humana.

Quizás sea eso, alguna información que guardada en nuestra dotación genética, la que nos impulsa a cultivar y la que nos lleva a establecer esa mágica relación que todo pequeño o gran agricultor establece con sus hortalizas: desde que prepara el suelo, el medio, el espacio en el que se desarrollarán con todo ese saber hacer del que nos dota nuestra intuición y, por qué no, tantísima literatura como existe al respecto, para al final recolectar el fruto de tanto trabajo, dedicación y atenciones. Finalmente, llevado a nuestros platos, nos devuelven todo el trabajo recibido con tan delicada exquisitez y tan excelentes propiedades organolépticas como tienen los productos recién recolectados de la huerta.

En muchos de estos huertos urbanos, se tratan de recuperar tradiciones ancestrales y técnicas de cultivo ecológicas, pues es bien sabido que nada tienen que ver las características nutricionales de las hortalizas cultivadas con técnicas ecológicas, de las que se encuentran en los mercados convencionales. Así pues, es posible solucionar esa necesidad de tener un pequeño espacio en el que cultivar tus propios alimentos y además de consumir alimentos sanos y naturales que serán más beneficiosos para nuestro organismo al no haber presencia de productos químicos. En algunos de estos huertos, como en Cultivalia, además se ofrece asesoramiento y cursos para ayudar a estos nuevos horticultores a recuperar esas tradiciones y métodos de cultivo naturales de los que nuestros abuelos sabían bastante, antes de que la revolución tecnológica tecnificara e inundara de químicos la agricultura. Es ese vínculo mágico del que hablábamos al principio, el que nuestros “abuelos” conocían a la perfección y que deberíamos recuperar aprendiendo a escuchar y a observar a la naturaleza, con calma y paciencia, sin relojes ni prisas, para disfrutar de ella y con ella.

Alicia Martín López es ingeniera Agrícola y miembro de Cultivalia Huertos de Ocio.

 

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