Sexualidad positiva – Masturbación femenina: Masturbando a tu pareja (2 de 2)

 Por Raquel Díaz Illescas

 

Y con tus dedos, o lengua, seguimos en el pubis de tu pareja…

 

 

  • Algunas mujeres disfrutan más con una presión directa del clítoris, mientras que otras prefieren que se les acaricie y estimule los laterales. Investiga qué le gusta a tu chica, o mejor  pregúntaselo.
  • Lubricación: no puedes iniciar y menos aún continuar la masturbación si tu chica no está bien lubricada. Esto puede conseguirse de diferentes formas:

Þ   Humedeciendo tus dedos con tu saliva o con la de ella. A veces esto puede resultar cansado y puede desconcentrar a tu pareja.

Þ   Ir lubricando y humedeciendo el clítoris  con la propia lubricación vaginal (introduces un poquito el dedo en la vagina y lo vas deslizando por toda la zona) esto resulta muy placentero, pero hay que tener experiencia para no perder el ritmo. El dedo de una mano lo puedes tener sobre o cerca del clítoris y el de la otra proporcionar la lubricación.

Þ   Con un lubricante: esto acaba siendo lo más cómodo, práctico y gratificante, ya que su textura suele ser muy agradable y una dosis puede ser suficiente para la masturbación.

 

  • Suaves “golpecitos”: Utiliza una mano para echar los labios vaginales hacia atrás para que el clítoris quede lo suficientemente expuesto (esto hazlo con suavidad) y con un dedo de la otra mano puedes darle ligeros y suaves golpecitos. Esto le gusta a muchas mujeres, pero no a todas. Prueba. Si no le gusta, pasa de este punto.
  • Pon tu dedo pulgar e índice alrededor del clítoris. Haz movimientos giratorios  haciéndole deslizarse suavemente entre tus dedos. Dale un masaje circular y presiónalo con ellos. También puedes mover tus dedos de arriba a abajo. Puedes acompañar estos movimientos de caricias con la otra mano en los pechos, los pezones o el cuello.
  • Otra de las cosas que resultan muy placenteras es introducir uno o dos dedos en la vagina, mientras con la otra mano sigues acariciando el clítoris de tu pareja. Mover ligeramente el dedo índice en el interior de la vagina, en un movimiento de acercamiento ayuda a localizar y estimular lo que han dado en llamar “punto G”, ya que resulta muy excitante para la mujer. Recomendación: no introducir demasiado el dedo, es más estimulante en la entrada de la vagina.
  • En la vagina, prueba a rastrear los pliegues y el área que la rodean. Presta atención a las rugosidades internas sensibles, llamados labios menores.
  • Estimulación anal: hay a mujeres que les resulta muy placentero  y excitante que a la vez que se les está estimulando el clítoris se les introduzca un dedo en el ano.

Recuerda tres cosas:

  1. Es importante y necesario, cuidar nuestra higiene en cualquier práctica sexual, pero lo es aún más en la que nos referimos,  debiendo recordar que en el ano hay muchas bacterias, por lo que es aconsejable que utilices un guante o dedo de látex, que por supuesto no introducirás seguidamente en su vagina, sino que te lo deberás quitar o cambiar por otro sin usar.
  2. Asegúrate de que la zona esté bien lubricada, de lo contrario le harás daño y sentirá rechazo en los futuros intentos.
  3. No a todas las mujeres les resulta gratificante esta práctica, o simplemente algunas no desean llevarla a cabo, por lo que es importante que lo hables con tu pareja, o estés atento en sus reacciones a tus  intentos.

Lo cierto es que no hay una técnica que nos garantice el éxito, pero la clave está en ir probando, atendiendo siempre a la respuesta de nuestra pareja.

La clave está en:

Escuchar las indicaciones de tu pareja. Olvídate de cómo les gustaba a tus anteriores compañeras sexuales, aquello de ir de explorador aventurero no siempre garantiza el éxito. Deja que tu pareja te haga de guía y te muestre las exquisiteces de su sexualidad.

Cuando estés estimulando su clítoris,  mantén el ritmo y los movimientos (circulares o arriba y abajo): Deben ser constantes.  Si cuando tu pareja está llegando al clímax vas tú y cambias el movimiento de los dedos o el ritmo, es muy probable que pierda la concentración (e incluso se “mosquee”) y tenga que volver a empezar.   Si crees que tus falanges se pueden ver dañadas, es preferible que adoptes un ritmo lento pero invariable. No se trata de que ella “experimente” lo que tú crees que le gustará, sino cómo ella lo desea.

No la presiones con “que acabe ya” y preguntas del tipo ¿acabas, te viene ya? y menos aún decirle lo cansado que estás. Por favor: dormirse  está prohibido. De manera que si estás cansado no inicies esta práctica con tu pareja pues si por cansancio te durmieras, sería complicado iniciarlo nuevamente en futuros encuentros.

Cuando su orgasmo se haya iniciado, no pares la estimulación, de lo contrario se verá interrumpida y esto seguro que no le hará mucha gracia…

El lubricante será una garantía de mantener la zona siempre húmeda.

Recuerda que además posees un órgano muy potente, tanto que llega a ser el más poderoso de todo el cuerpo en relación tamaño/fuerza (que no es tu pene) te hablo de tu lengua. Úsala. Deja que se deslice por el clítoris, labios mayores y menores, vagina…Es ideal por su humedad y temperatura. Tu compañera seguro que te lo agradecerá.

El camino para llegar a un orgasmo delicioso, es transitar por los valles, fuentes, montañas, bosques, cuevas y dunas de tu pareja. En el clítoris, aunque maravilloso, no empieza y termina el placer de una mujer.

 

 

 

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Raquel Díaz Illescas
Psicóloga.
Terapeuta sexual y de pareja.
Experta Universitaria en Psicología del Coaching
Formadora ocupacional.
Autora del libro: “Mucha Vida” Editorial Huerga & Fierro 2004
http://sexualidadpositiva.blogspot.com/
Terapia sexual individual y de pareja.
Correo electrónico: sexpositiva@gmail.com

Teléfono: 622673040

 

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