Patrones, ruido y señales

Por Francisco Traver Torras

 

saxo-g

 

Seguro que conoces esta imagen que ilustra todos los ejemplos de ilusiones ópticas, se trata de hacer comprender al observador que existen en realidad dos imágenes, un rostro femenino y un saxofonista. Las dos imágenes son perceptibles para casi todo el mundo pero sólo podemos percibir una por vez, ahora el rostro, cerramos los ojos y ahora aparece el saxofonista. Una vez que hemos descubierto el truco incluso las captamos simultáneamente aunque tal cosa es imposible. Pero nuestra consciencia cambia de registro en fracciones de segundo, una vez que estamos entrenados tenemos la sensación de que captamos la imagen de una vez pero no es cierto: ahora vemos a la muchacha y luego al saxofonista.

Nuestro cerebro es un buscador constante de patrones y en esa figura existen dos patrones que están realmente ahí.

Pero a veces el problema de detección de patrones es mucho más complicado, porque a veces hay patrones que se encuentran ocultos en el ruido. ¿Qué ves en la siguiente figura?

 

liar

 

 

La mayor parte de nosotros verá un perfil humano, un tipo con gafas quizá, pero ¿has llegado a ver que existe otro patrón? Mas concretamente ¿has visto la palabra “Liar”?

Bueno, si no es así no desesperes porque a veces existen patrones que están ahí pero nos los vemos, se trata de lo que más abajo llamaré errores tipo 2 o falsos negativos. Más concretamente ver la palabra “liar” no es cosa fácil porque no se encuentra en la misma línea que el rostro, sino que se encuentra escondida entre “ruido”, pues ¿quién iba a encontrar esa palabra si en realidad está escrita en diagonal? Nuestro cerebro estaba buscando tal y como encontró el rostro, es decir de forma perpendicular a la visión, no buscaba en diagonal. Pero ahí está.

Otro ejemplo, ¿que ves aquí?

 

 bebe

 

Es muy posible que esta escena paisajística evoque en ti algunos recuerdos, pero lo más probable es que hayas visto una pareja mirando el mar pero que te haya pasado inadvertido que englobando todo el paisaje hay un patrón escondido: sí, un bebé. Te ha pasado inadvertido porque no has percibido ese patrón, otro error tipo 2.

 

 thatcheri

 

Los errores tipo 2 (falsos negativos) o no ver algo que estaba ahí suelen producirse por ciertos trucos figura-fondo mediante los cuales engañamos a nuestra visión, el más conocido de todos es este efecto Thatcher que consiste en mostrar dos fotografías de la ex-ministra pero invertidas y pedir al sujeto que diga si son o no la misma fotografía. El entrevistado suele decir que sí,  pero que en la foto de la derecha percibe algo raro.

 

thatcheru

 

De modo que cuando se pone la fotografía del derecho cae en la cuenta de la deformación del rostro que anteriormente le había pasado desapercibida.

Como aquí:

 

ilusionopticamujer

 

Lo cierto es que nuestro cerebro se ocupa constantemente de encontrar patrones con sentido y muchas veces fracasa en ello (sobre todo si intenta encontrar patrones en la pintura moderna). Hablamos entonces de dos tipos de errores:

 

1.- Los errores tipo 1 que consisten en encontrar falsos positivos, es decir en encontrar patrones con sentido allí donde no hay nada.

 

2.-Los errores tipo 2, es decir no ver ciertos patrones que se encontraban ocultos tras el ruido, allí donde nuestro cerebro decidió no buscar.

 

Naturalmente los errores tipo 1 son más frecuentes que los errores tipo 2 y lo son porque desde el punto de vista evolutivo  es más importante detectar un patrón (por ejemplo de amenaza) aunque sea falso que no percibir una amenaza que resultare verdadera. La evolución privilegió los errores tipo 1   y es por eso que tenemos ansiedad, ataques de pánico y cosas así, en ausencia total de estímulos peligrosos. Para un cavernícola sin embargo, confundir el rumor del viento con el ataque de una fiera emboscada le daría ciertas ventajas sobre operar al revés. Todo lo más se llevaría un susto, pero siempre es mejor asustarse en vano que ser devorado por una fiera.

 

 42590_belmez

 

Con todo nuestro cerebro es un magnifico constructor de reconocimiento de rostros y es por eso que tenemos esa especial habilidad en encontrar patrones que nos recuerden caras. Hasta en Belmez se encontraron rostros en el suelo, ¿las recordáis? Nuestro cerebro es un especialista en transformar ruido en señales intencionales y con significado.

Nuestra capacidad para encontrar patrones allí donde no lo hay sino por azar (es decir sin la intención de alguien de mostrar un patrón determinado) es increíble.

 

 caballo

 

Nuestra capacidad para creer que eso es la cabeza de un caballo puede desplazarse a algo más puesto que la percepción no se compone sólo de significados, hay que añadirle además la intencionalidad y la agenticidad que se encuentran asociadas con cualquier tipo de percepción.

Así cuando percibimos algo -sea algo que está realmente ahí o sea algo que no lo está- nuestro cerebro busca primero a qué se parece, luego se pregunta a través de una misma red semántica qué intencionalidad tiene ese algo (usualmente si es amenazador para nuestra integridad física) y además construye una hipótesis de agenticidad, es decir, quién es el agente portador de esa intencionalidad.

La evolución privilegió los errores de tipo 1 y por eso los humanos somos capaces de elaborar creencias, que es la búsqueda de agenticidad o causalidad ¿quien puso eso ahí y con qué intención?. Si algo tiene sentido es predecible que tratemos de encontrar además esa intención y esa agenticidad y es por eso, que nosotros los humanos, somos tan proclives a creer en cosas que no están realmente ahí y a construir complejos sistemas de creencias que las apoyen.

Todo depende de la dopamina, pues es éste el neurotransmisor que se ocupa (si tiene un pulso alto) de encontrar patrones y de no encontrarlos si su pulso es bajo.

Es por eso que las enfermedades mentales se parecen tanto -en su producción de identificar patrones- al arte. Al fin y al cabo la única diferencia formal entre un artista y un esquizofrénico es el consenso que se establece sobre qué patrones están bien o mal vistos y dentro de los primeros aquellos que son originales o vulgares.

Es posible pues predecir que lo humano se caracteriza por  autoengaños consistentes en encontrar patrones allí donde no los hay. Aquellos de ustedes que quieran ir mas lejos pueden escuchar-ver este magnifico video de Michael Bellmer.

 

 

One Response to Patrones, ruido y señales

  1. Pingback: La perfección improbable | Entretantomagazine

Responder a La perfección improbable | EntretantomagazineCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.