La secuencia del día: La leyenda del tiempo

Por Tamara Moya.

 

 

La secuencia de hoy constituye el final de la película La leyenda del tiempo, realizada por el director español Isaki Lacuesta en el año 2006.  El film, narrado en clave documental, recoge dos historias paralelas: la de Isra, un niño gitano que ya no puede cantar tras la muerte de su padre y al que le gustaría salir algún día de la Isla de San Fernando; y la de Makiko, una enfermera japonesa que viaja hasta Cádiz para aprender a cantar como Camarón. Aunque Isra y Makiko no llegan nunca a conocerse, sus vidas confluyen a través de la persona de un pescador japonés, que actúa como maestro y confidente de ambos.

    La secuencia que nos ocupa está centrada en la historia de Makiko, que recibe la noticia de la muerte de su padre, el cual se encontraba enfermo antes de su viaje a España. Tras replantearse el devenir de su vida, continúa con sus clases de flamenco, para lo que cuenta con un maestro especial: uno de los hermanos del propio Camarón. Finalmente, la chica decide regresar a Japón, aunque se lleva con ella  una nueva perspectiva del flamenco.

   La belleza de esta secuencia (o más bien de este extracto) radica en la intensidad con la que Lacuesta nos transmite el amor de la muchacha japonesa por el flamenco, pese a la evidente distancia que existe entre esta cultura y la de sus orígenes. Resulta memorable en este sentido la secuencia en la que Makiko recibe la noticia de la muerte de su padre e intenta cantar La leyenda del tiempo, de Camarón, con la voz apagada por el llanto. Del mismo modo, recrea una magia especial en la siguiente secuencia, en la que la chica establece una gran complicidad con el hermano de su maestro. Con el plano final de las nubes el director parece, en definitiva, acortar la distancia entre las dos culturas.

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