Il Dottore vuelve a sonreír

Por: Ana M. Badía

 

El Mundial de Motociclismo ha arrancado este fin de semana en Qatar y lo ha hecho con dominio español y con una carrera en MotoGP que trae a la memoria las mejores batallas jamás vividas sobre las dos ruedas.

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Jorge Lorenzo sigue a lo suyo, el mallorquín logra la victoria mostrando un dominio asombroso sobre la pista, mientras que Pedrosa se conforma con un cuarto puesto tras los verdaderos protagonistas del domingo. Marc Márquez, tercero en su primera carrera en la categoría reina, y Valentino Rossi, que logró el segundo puesto en su regreso a Yamaha.

Il Dottore sonríe de nuevo en Yamaha, escudería con la que consiguió su último campeonato mundial y que le ha devuelto al podio y a la lucha. El italiano tenía que remontar en Qatar una séptima posición, pero ello pareció no ser un problema. Tras ceder terreno en los primeros compases de la carrera, y complicarse en su lucha con Bradl, el italiano alcanzó la cabeza superando a Pedrosa y manteniendo el pulso con el novato Márquez, al que final pasó.

Como bien rezaba el lema de su último campeonato Mundial, ‘gallina vieja hace buen caldo’. Rossi  ha vuelto para quedarse.

Una infancia ligada al motor

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Valentino Rossi comenzó a sentir la adrenalina de la velocidad desde bien niño. Con tan solo once años, su padre le apoyó como piloto de karts, aunque con el tiempo los altos costos del mundo de las cuatro ruedas hicieron que el italiano se quedara en el camino y encontrará en él las motos. A los 13 años probó la Aprilia por primera vez y con 17 logró debutar en el campeonato del mundo de 125cc.

Su segundo año en el circuito, ya como piloto oficial de Aprilia, le valió para despejar dudas y hacerse con el campeonato de 125cc tras once victorias. En 1997 comenzaría su ascenso al estrellato.

Desde entonces, ‘Il Dottore’ como así se hace llamar, ha demostrado una seguridad, una confianza, un riesgo y sobre todo, unas ganas de divertirse sobre las dos ruedas que le han servido para ganarse la confianza y el respeto del circuito y de los medios.

Valentino es un showman que sabe competir en el asfalto y entretener en el paddock, su éxito no es causa de un equipo o una escudería, ya que el italiano ha demostrado que su conocimiento sobre las dos ruedas supera sus dotes de conducción. Tras su primer mundial en la categoría base y su liderazgo en el cuarto de litro dos años más tarde, en 1999, Valentino acumuló cinco títulos mundiales consecutivos en 500cc, de 2001 a 2005. Entonces nadie osaba a plantarle cara al piloto, ni siquiera Max Biaggi, uno de sus grandes rivales sobre la pista.

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Tras tanto éxito con Honda, Valentino decidió cambiar de escudería y dejar claro que su triunfo no era debido única y exclusivamente a su equipo. Así es como llegó a Yamaha, con un reto por delante: subrayar que su conducción era la clave, la herramienta que le hizo campeón, y que con ella lograría la victoria allí donde fuese.

‘Il Dottore’ entonces no se equivocó. Con Yamaha, Rossi volvió de nuevo a lo más alto. Tras dos temporadas de inestabilidad en las que Nicky Hayden, Casey Stoner y Dani Pedrosa, comenzaron  a marcar territorio, Valentino resurgió logrando un bicampeonato que le impuso a su compañero de equipo, el por entonces novato Jorge Lorenzo, y le alzó a lo más alto del motociclismo, con nueve títulos Valentino continuaba siendo  ‘la gallina de los huevos de oro’.

Lesión

La mala suerte llegó a su carrera en 2010, cuando una caída en los entrenamientos del GP de Italia le fracturó la tibia y el peroné, rompiendo la racha de 230 participaciones consecutivas en el Campeonato del Mundo, y dejándole fuera de competición por primera vez en su carrera.

Valentino regresaría apenas tres grandes premios después, y aunque aún dolorido por la operación y ayudado por muletas lejos de la pista, el piloto logró subir al podio y cerrar grandes actuaciones a final de curso. 2010 sería su último año en Yamaha, un nuevo reto le esperaba en Ducati.

Con la misma ilusión y el mismo desafío que años atrás le habían llevado a Yamaha, aterrizó Valentino en Ducati, aunque esta vez su conducción no fue suficiente para superar a las máquinas. Su antiguo equipo seguía dominando con Jorge Lorenzo a la cabeza y Rossi no pudo más que culminar el año con un más que discreto séptimo puesto. El campeón intentó regresar a lo más alto, pero la escudería estaba lejos del nivel marcado por los japoneses.

‘Gallina Vieja’

Finalmente en 2013 ‘la gallina vieja’ regresa al último corral donde triunfó. Este curso Valentino se enfunda de nuevo el mono de Yamaha esperando recuperar la gloria pasada, la emoción de los grandes duelos y sobre todo las opciones a dar un paso más en la historia del motociclismo logrando el que sería su décimo título mundial.

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En la primera carrera del curso en Qatar, el italiano mostró que sus ganas, su ilusión y sus cualidades siguen intactas. Remontando una séptima plaza que se le complicó a las primeras de cambio, Valentino terminó la carrera en el segundo cajón del podio, por encima de Márquez, por experiencia o quizás ganas, justo cuando todo el mundo le daba por perdido.

“Ha sido un gran reto, y especialmente con Márquez. Ha sido muy divertido y estoy contento por mí, por Jorge y por Yamaha, que me ha dado esta gran oportunidad de volver a disfrutar”, comentó a la prensa tras la carrera.

En dos semanas Austin pondrá de nuevo a prueba al italiano, que tendrá que demostrar entonces si sus ansias de victoria y sus posibilidades de lograrlas se mantienen vivas.

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