Cigüeñas y halcones, inquilinos veraniegos de la Red Eléctrica

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La obstinación de aves territoriales como la cigüeña blanca y el halcón peregrino se ha convertido en preocupación de Red Eléctrica de España (REE), improvisado «casero» de los pájaros que anidan despreocupados en sus instalaciones de todo el país.
En su política ambiental, (la política ambiental no está certificada bajo ninguna norma europea), se incluye «el respeto al medio ambiente natural y la conservación de la biodiversidad», con especial atención de la avifauna, especies con las que comparten «espacio aéreo».

Aunque las torres de transporte no suelen elevarse más de 50 metros y los corredores de migración de las aves se localizan entre 200 y 300 metros sobre el nivel del mar, el conflicto de intereses se produce en época de nidificación y cría, cuando las aves colonizan territorio y limitan sus traslados a elevaciones de entre 20 y 30 metros.

Para esta etapa, de marzo a septiembre, REE se prepara en otoño, y ya en octubre dedica toda una campaña nacional a revisar sus instalaciones, para quitar nidos o colocarlos, según el comportamiento de la especie y sus requerimientos de protección. Desde abril a febrero se realiza un seguimiento de la nidificación de cigüeña blanca para identificar los nidos que será necesario retirar por estar ubicados en puntos de los apoyos que puedan ocasionar problemas en el correcto funcionamiento de la instalación. Fuera del periodo de nidificación y cría se procede a solicitar autorización a la administración ambiental competente para la retirada de estos nidos.

El jefe del Departamento de Medio Ambiente de REE, Roberto Arraz, ha explicado a EFEverde que ya están preparados para esta «ocupación espontánea» que atienden con una dotación presupuestaria especial.

En su experiencia, ha señalado, las imponentes torres se utilizan como reposo, dormidero, refugio, soporte de nidos y para la reproducción en zonas donde las llanuras son extensas y donde no hay lugares apropiados para la nidificación, por no existir cortados….

En las provincias de Valladolid y Madrid, REE instaló nidos artificiales para facilitar cobijo a especies como el halcón peregrino, de especial cuidado tras la disminución de su población. Hasta el 64 por ciento de los nidos de esta especie en el campo vallisoletano son a cuenta de REE.

Con un peso de hasta kilo y medio en las hembras, los halcones se adueñaban de nidos ajenos abandonados por especies de menor envergadura. A petición de la Administración se han instalado cajas nido para halcón en Valladolid desde 1997 y, recientemente, en el 2012, tanto en Valladolid como en Madrid. ha apuntado el experto.

Mercedes Gil, técnica del programa de avifauna de REE, ha resaltado los resultados positivos en el balance reproductor del halcón peregrino y las casi nulas incidencias con las estructuras de la red. «No hay apenas colisiones, por sus características de vuelo, porque son pequeños e identifican las torres como parte del paisaje», ha acotado.

En el extremo opuesto se coloca el programa para atender las necesidades especiales de las cigüeñas, de documentada sobrepoblación y ya escasa conducta migratoria.

Durante la construcción de sus nidos, grandes y pesados, que soportan puestas de hasta cinco huevos, las cigüeñas incorporan materiales conductores que interfieren con el aislamiento de las torres y creando problemas en el mantenimiento de la instalación y en su correcto funcionamiento.

En la mayoría de los casos, la alternativa es retirar el nido y utilizar varillas que impiden la nidificación.

El caso más sonado se registró en las inmediaciones del aeropuerto de Madrid, en Barajas, en las torres alrededor del río Jarama, donde la población de cigüeñas llegó a convertirse en una amenaza para el transporte aéreo.

Se indicó que los pollos fueron retirados bajo la supervisión de personal de la Administración y fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje (Grefa), centro autorizado por la Comunidad de Madrid, donde se ocuparon del cuidado y posterior puesta en libertad de los pollos.

REE trabaja desde hace dos años en una cartografía nacional para registrar los movimientos perceptibles de las especies de aves susceptibles de sufrir accidentes por colisión y definir con precisión corredores de vuelo para las aves que interactúan con las líneas de transporte de electricidad, proyecto denominado “Rutas y corredores de vuelo” cuyo objetivo es generar un sistema de información geográfica (SIG), de escala nacional, que contendrá la información más relevante y actualizada disponible sobre la distribución de las especies de aves más sensibles (especies focales) y sus corredores de vuelo.

En los últimos veinticinco años, REE ha tendido alrededor de 2.500 kilómetros de líneas de alta tensión atendiendo estudios medioambientales que evitan su paso por espacios protegidos.

 

Ana Cerrud
EFEverde

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