Los contrastes de la vida. La fotografía de Pío Caro-Baroja Jaureguialzo

Por Teresa R. Hage

"Que reste-t- il"

«Que reste-t-il».

 

Nací en Madrid en 1969. Me considero vasco, navarro y español pero con una sangre por ahí suelta italiana que tira mucho. Tengo también pasaporte argentino (allí nació mi madre) y es un país que visito con frecuencia. Estudié en el British de Madrid y Derecho en La UAM. Me dedico profesionalmente a la edición, a la gestión de derechos de autor y a alguna cosilla más. La fotografía, la Naturaleza y la aviación son mis grandes aficiones. Me considero discípulo de Aldo Sessa que ha sido mi maestro con el tema de la imagen. Estoy casado desde hace 16 meses con Beatriz Satrústegui, un ser excepcional. Aspiro a vivir en contacto pleno con la Naturaleza en un mundo donde no existan los papeles administrativos y el Estado se reduzca a su más mínima expresión.Tengo carácter melancólico y me apoyo mucho en los recuerdos del pasado.

 

Confidencias

«Confidencias».

 

La fotografía, en un primer momento, me sirvió como complemento a mi trabajo como editor y comisario de exposiciones. No tuve más remedio que hacerme con la técnica y de ahí surgió el hobby. Más tarde, mi amigo, el fotógrafo argentino Aldo Sessa me cogió por banda y me llevó varias veces con él. Descubrí algunos truquillos más, y sobre todo, a visualizar la fotografía antes de hacerla, a preparar el ojo y la cabeza para captar un momento de luz. Ahora es mi gran pasión; trato de componer imágenes que aunque no sean muy espectaculares; tengan un contenido narrativo.

 

El poeta José Antonio Muñoz Rojas.

El poeta José Antonio Muñoz Rojas.

 

A mi amigo ya fallecido, el poeta Jose Antonio Muñoz Rojas, Premio Reina Sofía de Poesía le tomé una foto mientras dormía en su casa, “El caserío del Conde”, en Antequera.

«Etereidad» es uno de sus más bellos poemas.

Y se queda uno con la esperanza,

colgando de su delgado hilo

de tantas cosas colgando,

de tantas esperanzas deshaciéndose,

con tanto temor oculto,

con tantos olvidos como caben

en un instante, tantos olvidos

vividos y padecidos,

como para llenar una estrella.

Y esa mujer que llegó hoy con su misterio,

con su etereidad, que lo hace posible,

que la define y la sostiene

y ha dejado la casa

llena de su misterio.

 

"Malatesta".

«Malatesta».

 

Pretendo que mis fotos cuenten algo y quizás no sean muy efectistas visualmente.

 

El Foro romano.

El Foro romano.

 

Estas pobres piedras del Foro romano, ¡todo lo que han tenido que aguantar! No sólo mucho frío y los rigores del ferragosto. No somos nadie, que se dice en los entierros, y menos en comparación con ellas. «Roma Roma cittá benedetta…» como dice la vieja canción de no sé quién pero maravillosamente interpretada por Sergio Centi. De todas formas y hablando de mi querida Roma, lo mejor era lo que decía Montanelli: «tal vez una de las desdichas de Italia sea tener por capital una ciudad desproporcionada por su nombre y su pasado con la modestia de un pueblo que cuando grita «aúpa Roma» alude tan solo a un equipo de fútbol» y añado, de cosecha propia: y también a una maravillosa canción de Antonello Venditti.¿Qué más puedo decir sobre Roma? Todo y nada (por pura parálisis). La descubrí con mi tío Julio Caro Baroja y desde entonces he vuelto casi todos los años. Roma me cura de todo.

 

"Madrid me mata".

«Madrid me mata».

 

«Madrid me mata» es la clásica imagen de la Gran Via de Madrid, tantas veces fotografiada, pero distorsionada de una manera absolutamente sencilla y fácil. El caso es que me recuerda a cuando era más joven, era jueves y andábamos arriba y abajo hasta arriba de copas y diversión. Muchas veces saliendo del Cock o Del Diego; hemos visto así la Gran Vía.

 

Amor imposible

«Amor imposible»

 

En nuestra casa de Vera, camino del desván, tomé la foto que titulé «Amor imposible»: el cristal de la ventana separaba al pajarito real (gorrión) del de Murano (mucho más estirado y señorial, pero también mucho más frío. El gorrión no paraba de chocar una y otra vez contra el cristal, mientras el otro aguardaba impertérrito. Yo creo que a casi todos nos ha pasado en algún momento de la vida lo mismo que al gorrión…

 

"Zoco vacío".

«Zoco vacío».

 

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