Siesta

Aunque el dormir es una actividad que involucra todo el organismo, su característica distintiva es la pérdida del control de la conciencia. El cerebro se va a dormir también, aunque contrario a lo que parece, se entrega a actividades varias.

 

La siesta del faunoPintura:Pablo Schugurensky

 

Entre las múltiples funciones del cerebro en reposo, su papel en el fortalecimiento de la memoria parece ser particularmente importante: consolida lo aprendido durante las horas que se pasan en estado de alerta, despiertos, codificando conocimientos nuevos y trayendo a la mente viejos.

 

La consolidación de la memoria es un proceso que transforma conocimientos nuevos y aún débiles, adquiridos cuando se está despierto, en representaciones más estables que luego se integrarán a la red de memoria a largo plazo que ya existe en el cerebro. La consolidación involucra el reprocesamiento activo de hechos y recuerdos “frescos”, que pueden estar sucediendo, y para ello usa ciertas conexiones cerebrales. Esas mismas conexiones están siendo usadas para adquirir y procesar nueva información, por eso la consolidación se hace cuando el cerebro está en reposo total. De esta manera se evita un estado de conflicto que podría llevar incluso a alucinaciones.
La hipótesis de que el dormir favorece la consolidación de la memoria ya se ha aceptado en el campo de la neurobiología. Estudios recientes han aportado evidencia importante sobre los mecanismos que sustentan esta idea. Se ha demostrado el efecto beneficioso del dormir en la memoria explícita (la que se ocupa de hechos y eventos como el aprendizaje de lo nuevo y el recuerdo de lo viejo). La memoria explícita se sitúa en el hipocampo quien, junto con otras regiones en el lóbulo temporal, procesa lo que se conoce como memoria a largo plazo.

 

Efectos benéficos significativos en la consolidación de la memoria se han observado después de una noche de 8 horas de sueño, después de siestas de 1 a 2 horas, o incluso después de una siesta ultrarrápida de tan sólo unos minutos.

 

Otro hecho importante es el tiempo transcurrido entre el aprendizaje y el momento de dormir. Un espacio corto entre los dos hechos beneficia la consolidación de la memoria. Un ejemplo: dormir cuando han pasado 3 horas después del tiempo dedicado al aprendizaje produce más beneficios que cuando se dejan pasar 10 horas.

 

El dormir también ayuda a consolidar la memoria que tiene que ver con el almacenamiento de habilidades y destrezas (memoria implícita). De igual manera ayuda a fijar la información emocional, aunque puede ocurrir algo tan asombroso que los efectos se detecten tan sólo años después.

 

Con todo lo dicho podemos presumir que cuando el cuerpo duerme el cerebro se encuentra en un estado continuo de actividad, significando esto que se están estableciendo cientos de miles de sinapsis nuevas. Y así es. Lo demuestran muchos estudios que utilizan las herramientas más finas de la neurobiología. Es posible que no todas las horas dedicadas a dormir se empleen en actividades neuronales intensas. Hay períodos, de actividad y de reposo, clasificados con sus nombres correspondientes, pero eso no nos importa, por ahora al menos.

 

Sin embargo, estudios recientes le asignan un nuevo papel al cerebro en reposo, desconectado, cuando se duerme. El cerebro “limpia” el terreno para dar espacio a lo nuevo. En un órgano tan complejo y con tantas obligaciones, la finca raíz es valiosísima.
En el cerebro dormido se ha observado una disminución de las sinapsis, o mejor, una disminución en la fuerza en que ellas están establecidas. Necesitado de espacio y energía, el cerebro elimina las sinapsis que han estado demasiado activas durante el día, sinapsis que ya cumplieron su trabajo y que por lo mismo ya no son necesarias.

 

Actividades opuestas como la creación y la disolución de sinapsis parecen ocurrir en el cerebro sin generar conflictos, al menos cuando se está durmiendo.
Y los sueños? Después de más de 100 años de debate sobre el significado y la función de los sueños, los neurobiólogos nos cuentan que no son otra cosa que la manera encontrada por el cerebro para procesar, integrar y entender nuevas informaciones de la manera más eficiente. En un estudio reciente, 99 individuos recibieron entrenamiento para aprender la forma más rápida para salir de un laberinto en un juego virtual en 3 dimensiones. Luego de dormir fueron evaluados y quienes soñaron, tuvieron 10 veces mejores resultados en la solución de la prueba.

 

Sin embargo no es claro aún cómo se podría establecer la cantidad adecuada de tiempo dedicada a dormir, para cada individuo. Lo que sí es importante es que unas buenas horas de sueño tienen un beneficio muy grande para ayudarle al cerebro en sus varias tareas.

 

 

[Ciencia Cierta]

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