La Arena de Verona, 2000 años de espectáculo y otras historias

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Por Armando Cerra

El imposible romance entre Romeo y Julieta relatado por Shakespeare es el mejor eslogan turístico de la ciudad italiana de Verona. De hecho, miles de personas llegan con el tiempo justo para tocar el pecho (algunos aprovechan para sobar) a la estatua de la joven y asomarse al falso balcón donde supuestamente se asomaba para embobarse con las palabras del muchacho.

Los turistas más acelerados tras esos rituales vuelven al autobús y siguen su frenético tour. Pero atrás dejan una ciudad hermosa. No han disfrutado de la fachada pintada con frescos renacentistas de las Casas Mazzanti, ni han apreciado los palacios de la Razón y de la Alcaldía. Tampoco han levantado la vista hacia el cielo, como la escultura de Dante, para ver la Torre Lamberti. Y ni siquiera han saboreado un café en cualquiera de los dos epicentros de la ciudad, las plazas de Erbe y de Brà.

 

OLYMPUS DIGITAL CAMERABalcón de Julieta

 

Precisamente, en la plaza Brà se halla el protagonista de estas líneas, el anfiteatro romano de Verona: la Arena. Una colosal construcción iniciada en los años 30 del siglo I. Desde entonces ha sido el escenario, nunca mejor dicho, de espectáculos circenses, luchas o representaciones teatrales. Luego los abandonos y terremotos la transformaron en ideal cantera para la construcción de otros edificios veroneses. También se transformó en cárcel, y hasta en hipódromo.

Desde hace casi dos milenios siempre ha estado ahí. Durante siglos ha impresionado y captado la atención de cualquier visitante de la ciudad. Y siempre hubo soñadores inquietos que pensaban en una posible recuperación para la celebración de espectáculos. Y tuvo que ser un veronés quién la impulsara de forma definitiva: el tenor Giovanni Zenatello.

Tras pasear infinidad de veces por el graderío de la Arena, un día decidió hacer una prueba acústica. Una prueba simple y práctica. Dos músicos dando palmadas en la zona baja del anfiteatro y otras personas repartidas por la grada. Todos oyeron nítidos los aplausos. Un buen augurio de lo que iba a pasar a partir de entonces.

Ese fue el inicio del Festival Lírico de la Arena de Verona, que comenzó a celebrarse en 1913 y hasta hoy, que es uno de los fenómenos más populares e importantes de la ópera en el mundo. Esa fecha no fue casual, ya que con ello se rindió homenaje al centenario del nacimiento de Verdi. Y por supuesto, el más famoso compositor italiano de óperas todos los años está presente en la programación de la Arena.

Y especialmente por la primera ópera que aquí se representó: Aida. Cientos de veces se ha escuchado la trama del Antiguo Egipto en el recinto romano. Miles de espectadores de cualquier origen se han quedado fascinados por la magia sonora y visual que envuelve el monumento. Decenas de compañías y directores de escena han gozado mientras creaban su show, desde las representaciones más clásicas pasando por las más faraónicas y costosas hasta las más novedosas, la última ideada por La Fura del Baus.

 

Aida in Verona Arena - 08Escenario de Aida

 

El ya mítico Luciano Pavarotti siempre decía que la Arena de Verona era su escenario favorito. Y la más mítica aún, Maria Callas, cantó aquí por primera vez en Italia. Toda la pléyade de sopranos, tenores, barítonos, contraltos o cualquier figurante ansía actuar en este espacio histórico.

En definitiva, uno de esos lugares donde la cultura se siente con mayúsculas. Historia, arte, música, arquitectura, diseño, vestuario, luz, color, creación en estado puro. Quién disponga de tiempo y dinero, ya puede consultar el programa para este próximo verano. Evidentemente no falta Verdi, ni Aida. Estarán presente otras damas míticas del bel canto como Carmen o Madame Butterfly. Y por supuesto, no faltará Julieta en su versión operística.

La muchacha siempre presente en Verona, siempre enamorada de Romeo, siempre muriendo ambos. Más aún en verano, cuando otro espacio antiguo de la ciudad, el teatro romano se convierte en la sede del Festival Shakesperiano. Y es que esta ciudad es después de Roma, el mejor lugar para ver edificios la antigüedad latina. Otra excusa más para visitar Verona con pausa, sin el estrés de los viajes organizados.

 

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