Un estudio relaciona el tamaño de los testículos con la capacidad de ser buen padre

 

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Existe una compensación entre la capacidad de un macho para aparearse con éxito y la de ser buen padre, al menos en los humanos. Así lo afirma un estudio científico que indica que cuanto menor es el volumen testicular del padre, mayor es su implicación en el cuidado de los hijos, además de que también existe una relación similar entre los niveles de testosterona de un hombre y la atención que dedica a su descendencia.

Un grupo de investigadores de la Emory University, en Estados Unidos, afirma que en los humanos los niveles bajos de testosterona están asociados con una libido reducida, mientras que los altos sirven para predecir que un hombre tendrá más éxito sexual, aunque también aumenta las probabilidades de divorciarse y de ser infiel.

Para comprobar la relación entre los niveles de testosterona, el tamaño de los testículos y la implicación en el cuidado de sus hijos, los investigadores midieron dichas variables en 70 padres biológicos que tenían hijos de entre 1 y 2 años y vivían con sus madres, publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

A los voluntarios se les mostraron imágenes de sus bebés con expresión feliz, triste y neutra mientras les sometían a resonancias (fMRI) para medir su actividad cerebral. También les mostraron, junto con estas imágenes, fotos similares de un niño y un adulto desconocidos.

Finalmente, la información obtenida a través de las técnicas de imagen se complementó con encuestas a las parejas de los padres sobre su implicación en el cuidado de sus hijos a la hora de realizar actividades como ir con ellos al médico o levantarse cuando lloran por la noche.

 

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Los investigadores comprobaron que los hombres con los testículos de menor tamaño experimentaban una mayor actividad cerebral cuando miraban a fotos de sus hijos que aquellos que los tenían más grandes. Asimismo, tanto los hombres con testículos grandes como los que tenían elevados niveles de testosterona resultaron con las peores puntuaciones como padres.

No obstante, el estudio comprobó que las ventajas que obtienen los hombres con altos niveles de testosterona y aquellos con grandes testículos son diferentes. Mientras que la testosterona –relacionada con mayores músculos y huesos que dan una apariencia más masculina– aumentarían las opciones del macho para copular, los grandes testículos, que mejorarían la calidad y la cantidad del esperma, favorecerían el embarazo.

El estudio también hace alusión a otras líneas de investigación en en distintas especies de animales que sugieren que la mayor presencia de testosterona empuja a los machos hacia una estrategia más enfocada a mejorar las posibilidades de apareamiento y menos preocupada por la paternidad.

Sin embargo, a pesar de estos resultados, los autores no descartan la posibilidad de que los hombres con más testosterona y testículos de mayor tamaño puedan ser buenos padres.

Asimismo, el trabajo también indica que existe la posibilidad de que “cuando los hombres se impliquen más como cuidadores, sus testículos encojan”, dijo James Rilling, uno de los investigadores; una transformación que tendría relación con otros estudios que mostraron que cuando los hombre se entregan al cuidado de sus hijos, sus niveles de testosterona descienden.

 

 

[Sin embargo]

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