Kiril y Francisco en La Habana acortando distancias
Por Natasha Vázquez
Mientras el Papa Francisco y el Patriarca Kiril se abrazan en el aeropuerto habanero, millones de cubanos siguen por la televisión, con cierta dosis de curiosidad, este encuentro.
Como suele ocurrir en los grandes acontecimientos, la televisión cubana emite más horas de lo habitual, y varía su programación para brindar detalles de la cita, y más allá, de toda la visita del Patriarca de Moscú y de toda Rusia.
Con un tratamiento de jefe de estado, el Patriarca Kiril ha sido recibido con todos los honores por el propio Raúl Castro, presente también en los primeros minutos del encuentro.
Para esos millones de cubanos, las referencias previas a la Iglesia Ortodoxa rusa no son muy amplias. La época de mayores relaciones entre ambos países no coincidió con los mejores momentos de esta iglesia, que en la época soviética se vio relegada y reprimida muchas veces.
Aunque su presencia en la isla se remonta a inicios del siglo XX, tal vez la huella más visible y palpable es el templo ortodoxo construido en La Habana, en 2008. Para la colocación de la primera piedra y luego su consagración a la Virgen de Kazán, viajó a Cuba el entonces Metropolita Kiril de Smolensk y Kaliningrado, el mismo Patriarca Kiril que hoy nos visita.
La edificación sorprende a muchos por su exótico estilo bizantino. Desde lejos refulgen sus seis vistosas cúpulas, dos laminadas en oro y cuatro en bronce, coronadas por cuatro cruces de oro sólido. El ícono de la Virgen que la preside, fue pintado en Constantinopla durante el siglo XIII.
Muchos de estos datos, ni tampoco la historia del cisma del cristianismo en 1054 que hoy felizmente termina, no los conocían los cubanos que pasan cada día por la Avenida del Puerto y ven la Catedral de Nuestra Señora de Kazán.
En estos días, la prensa cubana ha estado informando no solo sobre el encuentro de los líderes religiosos, sino del contexto histórico y cultural en que se desarrolla.
Mientras el diario Granma publicó una infografía sobre la Iglesia Ortodoxa Rusa, el rotativo Juventud Rebelde se centra en los vínculos históricos entre Cuba y Rusia, desde fecha tan temprana como 1782.
Así, el histórico encuentro de Kiril y Francisco ha servido no solo para propósitos religiosos y geopolíticos, sino que para muchos ha acortado un poquito más la distancia entre Rusia y Cuba.
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