«Sketch: cuidado con lo que dibujas», de Seth Worley

JOSÉ LUIS MUÑOZ

Hay películas que el espectador no sabe a qué público se dirigen. La fantasía de Seth Worley es uno de esos ejemplos. ¿Le puede gustar a los niños? ¿Qué franja de edad? ¿Y a sus padres? ¿Hay, al menos, algo de humor?

Una niña dibuja cosas terribles en su cuaderno para vengarse de una compañera de curso que le hace la vida imposible. Los tutores se preocupan por esos dibujos violentos que salen de la mente de esa niña. Y esos monstruos del papel, en un momento determinado, cobran vida y contra ellos deben luchar padres y los niños de ese colegio.

Uno no es muy aficionado a esas historias, aunque se ha tragado con alguna sonrisa Los Goonies, por ejemplo. Pero el film de Seth Worley se atraganta desde principio a fin por su forma (las mamarrachadas de la niña se insertan en la imagen real) y el fondo, el mensaje de la familia americana unida ante el peligro exterior, aunque sean dibujos animados, que desintegran con fusiles ametralladores de juguete. Quizá los cambien por los de verdad cuando crezcan esos niños. Un suplicio de película.