«Ana no», de Agustín Gómez Arcos
Posted on 23 noviembre, 2025 By José Luis Muñoz Creación, Dársena, Letras, Reseñas
CARLOS MANZANO
Reconozco que no sabía nada de Agustín Gómez Arcos hasta que vi un documental en una cadena de televisión pública. Y aunque partiendo únicamente de ese documental resulta imposible hacerse una idea cabal de la calidad de su obra, lo más importante de todo, su trayectoria vital y creativa ―y el hecho de que hubiera sido ninguneado por el sector editorial español durante mucho tiempo― me llamó poderosamente la atención. Por ese motivo me hice con una de sus novelas, Ana no, escrita originalmente en francés, como toda su obra narrativa, y que había obtenido diversos premios en el país vecino. La novela, como casi todas las suyas, construye su espacio temporal en la posguerra española, y retrata con crudeza y sin la menor contemplación la época de represión, miseria y arbitrariedad policial que caracterizó aquel tiempo (un periodo que, increíblemente, algún sector social actual, cuyos individuos no la vivieron ni aguantarían un solo mes presos en aquel contexto de represión y pobreza ética, se empeña ahora en reivindicar, de un modo parecido a como en los años 50 y 60 del siglo pasado cierto sector de la izquierda europea se esforzaba por justificar el régimen criminal soviético: tergiversando la realidad y excusando su auténtica esencia).
Y tengo que decir que, más allá del argumento y del presunto ajuste de cuentas con un régimen sanguinario que forzó a Gómez Arcos a exiliarse primero en Londres y posteriormente en París, me he encontrado con una obra sólida, diría que radicalmente contemporánea, escrita con solvencia y que no se queda en simple costumbrismo social o en la descripción de una realidad sórdida y mezquina, sino que dibuja un conjunto de personajes vivos, poliédricos, que actúan siempre dentro del marco lógico que define la idiosincrasia humana, sin excluir ciertos pasajes en que el humor y la chanza se abren paso, y que hace hincapié, cómo no, en la protagonista, Ana Paucha, y su último intento de visitar a su hijo, preso en una cárcel del norte de España tras la victoria del bando fascista en la guerra civil.
Toda pieza literaria tiene, o debería tener, varios lados, múltiples aristas, incluso me atrevería a decir que debe dar lugar a diversas lecturas, una serie de perspectivas complementarias que hagan del argumento tan solo una excusa, un punto de partida, más que el objeto central de todo el proyecto. Y quizá es en ese aspecto donde Ana no destaca más. Ese viaje postrero de Ana, que en setenta y cinco años no ha salido de su pueblo natal, a través de una España desolada y afligida, a veces cruel y despótica, es también una viaje existencial, algo así como una especie de viacrucis personal, al tiempo que la protagonista va tomando contacto con ciertos aspectos de una realidad a la que ha vivido en buena medida ajena (un perro abandonado, un trovador ciego, una compañía circense, por ejemplo), es decir, aquello que con más hondura expresa el mundo que la rodea y los atributos que nos definen como especie, independientemente de cada momento sociopolítico concreto. Y siempre, resalto, a través de una prosa exquisita y elegante (aunque algo de mérito habrá que concederle en ese aspecto a su traductora, Adoración Elvira Rodríguez) y una mirada honesta que, más allá del rencor personal y la aversión a un régimen asesino (sentimientos legítimos ambos), se convierten en el punto neurálgico que da sentido a la novela en su totalidad.
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Agustín Gómez Arcos, Ana no, Cabaret Voltaire, Carlos Manzano, España, Exilio, francia, guerra civil, homosexualidad, Novela social