Latente. Martín Sampedro a la vanguardia de la vanguardia


culturista-643x1024La nueva obra del fotógrafo Martín Sampedro incorpora luces latentes a las formas vitales, alucinaciones y seres virtuales, cuestionando la naturaleza de la fotografía de hoy en día en su relación con nuevas formas de crear imágenes en la era digital.

Recién finalizada “Latente” la última exposición del fotógrafo Martín Sampedro continuamos la estela de un artista comprometido con sus valores. La madrileña sala Mondo Galería, dedicada en exclusiva a la fotografía y el diseño,  ha clausurado esta exposición con muy buen sabor de boca y el propósito latente de las próximas exposiciones en Estocolmo y Perú. A la vanguardia del vanguardismo, siempre rompedor, Martín Sampedro ha vuelto a encontrar una nueva forma de expresión manteniéndose con honores a la altura tecnológica de una era en la que todo cambia vertiginosamente, sus imágenes transgreden sin perder la belleza, abre los ojos al más empecinado sin ofender a sus sentidos gracias a la sensibilidad de sus creaciones. Sampredro nunca pasa desapercibido al público, su imaginación, capacidad creativa, técnica y minucioso trabajo le coloca en cabeza de vanguardia en la fotografía internacional. Dicen que nadie es profeta en su tierra, desde luego en el círculo artístico nacional Sampedro lleva siendo reconocido varias décadas, su innovadora posición no deja nunca indiferente al gran público que en esta ocasión ha sido cautivado irremediablemente. El espectador tocado por la magia “Latente” pasa a ser creador activo a partir de las obras del artista que en una elegante vuelta de rosca envuelve al público en el proceso creativo. Estas creaciones o recreaciones -ya que ha dado vida un nuevo universo pixel a pixel- abren la puerta a infinitos mundos; más allá de la madera que la enmarca,  Latente se convierte en una obra activa en expansión, lo que la hace inmortal.

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«Son muchas las horas las que este fotógrafo pasa en su “OVNI”, el estudio en el que pixel a pixel ha ido construyendo en 3D su mundo, el Universo Sampedro que en esta ocasión a puesto a total disposición del público; imágenes esculturales expuestas en negativo para ser reconvertidas -o no- a positivo por el espectador a través de su smartphone; el receptor cae rendido sin poder evitar participar del regalo, en un principio atraído por la curiosidad de la innovación termina embaucado por el seductor juego de deconstruir y construir su propio ideal, invitando al subconsciente al mágico juego que nos ofrece Latente. Sampedro empuja la subjetividad al límite lo que le permite crear intuitivos escenarios con el deseo como soporte de la imagen. Este artista pasa directamente a la acción, no se detiene en inútiles críticas sociales, empuja a los individuos a participar activamente en el cambio, el espectador sin pretenderlo se ve ampliando su visión al entrar en contacto directo con el arte. Todo lo que forma a este fotógrafo, incluido su tiempo, toda su evolución artística es reinvertida en su trabajo; digamos que el tiempo como tal no existe en este caso, nos saldría mejor llamarlo arte, porque una vez desarrollada la idea, la labor de Sampedro conlleva un encierro que le absorbe para ir construyendo milímetro a milímetro la piel de un sueño, un delirio delicadísimo que lleva al artista a sentirse obligado a compartir su obra para demostrarnos que nada es lo que parece y que las posibilidades son infinitas;  Latente nos convierte en cómplices y creadores, nos invita a su universo particular como anfitriones; lejos de ser un truco para enganchar al espectador es una acto de tremenda generosidad por la que pocos artistas pasarían, nos viene a decir : Tened mi obra. disfrutadla a través de vuestra mirada, haced con ella belleza u horror, cread, soñad…Alguien dice ocho en voz alta, parece que están contando los pechos de una de las obras latentes. El especatdor-creador se convierte en coartada del arte al aprender intuitivamente a mirar más allá, para ello Sampredro nos ofrece a su criatura y nos dice : tomad y comed todos de el. Sampedro es el sabio que predica con el ejemplo, su trabajo es parte del todo y para todos. ¿Cómo se puede exigir que el personal amplíe sus miras si uno mismo limita las posibilidades de su obra? ” Madame Bobarín

«Memorias, conceptos y sentimientos tienen la apariencia de una fotografía, incluso sin la intervención de una cámara o sin presionar el obturador de la cámara para capturar el instante. Lo que creemos que hacemos conscientemente, es hecho por nuestra mente inconscientemente, naturalmente, sin ninguna cámara o desarrollo. La cámara subjetiva está siempre encendida, trabajando en raw para mostrarnos algo que no es meramente retiniano»

Martín Sampedro 

Inspirado por Valle-Inclán, cuya representación de figuras de la historia política de España a menudo recurrió a obscenidades, crueldad e imágenes vulgares como medio para burlarse de la insipidez teatral, las imágenes de Sampedro plasman el deseo y la sexualidad con sensibilidad subversiva, desafiando la naturaleza de la fotografía. Sampedro rompe con lo establecido en la fotografía, ¿Y para qué seguir estableciendo estandartes? Su proyección es fantástica a partir de un hiperrerealismo mágico, un trabajo basado en un imaginario complejo y drásticas perspectivas sobre la vida que alienta un enfoque intuitivo desnudando la realidad. La idea de la latencia nos redirige a la memoria de una imagen en lugar de una elaborada estructura de conceptos que tienen que ver con un pensamiento explícito acerca de las imágenes.

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En “Latente” las imágenes no son ‘negativos’ de lo real; reflejan en conjunto una luz diferente. En este sentido, no son retratos sino más bien los Alter-retratos de una realidad alternativa que nos invita a descubrir más allá de la visualidad desnuda. Mientras que la fotografía es un proceso de búsqueda de nuevos medios para reflejar la luz a través de la opacidad de la materia, las imágenes de Sampedro van a través de la materia y el deseo superando los registros de la cámara.

Ver a través de y en nosotros mismos el trabajo del artista nos lleva a un estado mental que crea tensión entre nuestra percepción de la imagen y la realidad que nos imaginamos alrededor de la imagen. Las fotografías latentes de Sampedro direccionan la naturaleza oscura de la psique y revelan un proceso esclarecedor que es técnica y mental, el sexo mueve todo este tinglado es por ello que el artista insiste en imágenes sexuales para seducir al espectador enfocándolo hacia las energías y las formas que uno no alcanzar pero anhela;

Mi compañera Potasa nos ofrece en este documental su particular visión de «Latente» (#humor )

Latente. El Libro

 

Al imaginar al ser virtual, el artista rompe con las limitaciones de la figuración, lo que permite que la cámara virtual viaje dentro del cuerpo y a través de los planos carnosos como medio para explorar las diferentes dimensiones de la existencia.

La idea de latencia se basa en la energía vital de la materia, la naturaleza germinal de la propia imagen. Sampedro hace una distinción entre phos/fotos, la luz del sol que dio a su nombre, fotografía y phaos/feo, la dulce luz de Homero previsión de Telémaco. «Que era la luz que alumbró el latente,» dice el artista, «y eso es por qué en algún momento llamé a mis fotografías: phao gráficos.» No es un campo de visión que Sampedro pretende revelar, sino más bien la consistencia de la materia como una cuestión de iluminación inconsciente. En un mundo que nos inspira a deconstruir y fabricar el artista reclama cierta espiritualidad. En esta era digital «arte es visitado, revisited, copiado, duplicado, imitado, mimado, mejorado, valorado, devaluado, enviado, robado y regalado, con la necesidad de posponer en lugar de proponer. Tal vez por accionar el obturador de una cámara fotográfica consciente decidimos coger algo memorable y preservarlo como algo verdadero. Sin embargo, la verdad es latente y la creación es una invención, con la propuesta de Sampedro podemos fotografiar lo inexistente, levantar la mirada más allá de lo obvio y construir una realidad sin miedo del colapso.

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Fotografía: Daniel Valdehíta

Sobre el autor:

A la edad de ocho años Martín Sampedro comienza su afición por la fotografía. De esa época es la extensa colección de fotografías analógicas con los que obtuvo sus primeros premios y exposiciones. A los diez años comenzó a tomar fotografías con la Wherlisa por las calles de Santoña, su pueblo natal, aprendió a revelar y amplió su equipo con una cámara rusa. En 1983 hizo su primera exposición para el Ayuntamiento tomando conciencia de que sus fotos había que mostrarlas y comenzó a trabajar para el diario Alerta. En 1985 vino por primera vez a Madrid invitado por el programa de Radio 3 “El-Fototaller” de Pablo Pérez-Mínguez, con el que terminaría entablando una gran amistad, maestro y amigo en la capital española que enseguida adoptó a la joven promesa. En sus primeros años en Madrid, fue director del Taller Escuela de Fotografía “El Matadero” para la Fundación Colegio del Rey. Seleccionado para la Muestra de Arte Joven 1992, durante años compartió su actividad de fotógrafo con trabajos para agencias de publicidad. Entre los trabajos comerciales más destacados se encuentran campañas publicitarias con premios internacionales como la de turismo de Europa 1993, la campaña de turismo de Andalucía 2001, las de prevención del Sida para el COGAM o las realizadas para las marcas Terra, Kodak, Ford, Toyota, Hyundai, Kia, Mercedes o Jaguar, convirtiéndose en uno de los fotógrafos más prestigiosos en la fotografía de coches. Su propuesta artística está llena de trabajos de experimentación y búsqueda. Precursor del “Copy Art” en España, sus fotografías realizadas con fotocopiadoras dieron paso a las imágenes de palabras y otras muchas series en las que la fotografía sirve de soporte para expresar su personal mundo poético. Con el cambio de siglo introduce en sus fotografías la figura humana creada virtualmente con técnicas digitales, inaugurando lo que posteriormente llamaría “La Nueva Fotografía”. Sus últimos trabajos “Interior Ulterior”, “La extrañeza de existir”, “Sangre Azul” o “LATEИTE” son una muestra de su esfuerzo por conectar las diferentes dimensiones de la existencia y reafirmar la intuición como materia prima de su imaginería. Ha impartido clases y talleres en diferentes escuelas como la Facultad de Bellas Artes UCLM. En la actualidad su producción fotográfica se destina al coleccionismo.

Un artículo de Guillermina Royo-Villanova

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