Dos visitas diferentes en Málaga: el jardín botánico-histórico La Concepción y el Museo Automovilístico
Por Susana Campos Sanabria
Si ya conocéis Málaga, estáis pensando en volver, pero os preguntáis si en esta visita la histórica urbe logrará sorprenderos, si será capaz de ofreceros algo nuevo una vez más… No lo dudéis, regresad, porque os traigo dos propuestas que se salen del recorrido habitual por la ciudad y que merece la pena realizar. Las dos son proyectos muy personales, cuentan con guías expertos y especialmente implicados y suponen una experiencia diferente, incluso un viaje en el espacio y en el tiempo.
Cuando hace unos meses atravesé la puerta que da acceso a La Concepción, el jardín botánico-histórico de Málaga, situado a las afueras de la ciudad, todo a mi alrededor cambió. No sólo me vi rápidamente rodeada de vegetación, sino que el ambiente se volvió más fresco, como si me hubiera adentrado en un micromundo de color verde aislado de todo. En su interior, el canto de los pájaros y los crujidos de las ramas son los únicos sonidos que acompañan continuamente los pasos del visitante. No habíamos avanzado mucho todavía, cuando me vi arrastrada al siglo XIX, al escuchar de boca de nuestro entusiasta guía la historia que dio origen a este particular oasis. Resulta que Don Jorge Loring Oyarzábal y Doña Amalia Heredia Livermore idearon este jardín durante su viaje de novios por Europa. Un espacio al que consiguieron incorporar las plantas más exóticas del mundo, seleccionadas por el jardinero francés Chamousst y que hoy cuenta con unas dos mil especies.
El jardín tiene 23 hectáreas, así que nosotros dedicamos nuestro tiempo a conocer el jardín histórico, de carácter marcadamente tropical: caminos sinuosos, un paseo de plátanos que formaban una bóveda natural sobre nuestras cabezas, palmeras, bambúes, cascadas o estatuas, como la de una delicada ninfa entre nenúfares, son algunas de las maravillas que descubrimos. Mención especial merecen el cenador de hierro con su glicinia que florece a finales de marzo principios de abril y la cascada rodeada de costillas de Adán, donde se rodó el famoso anuncio del café de Colombia Juan Valdez. Al acabar la visita es imprescindible pasar por el Museo Loringiano, un templete de estilo dórico que cobija un interesante mosaico romano. Fijaos también en el enorme banco que hay a su lado y que los enamorados, sentados cada uno en un extremo, utilizaban antiguamente para comunicarse hablando a través de él.
En un entorno completamente distinto, se eleva el edificio de la antigua tabacalera, que data de 1923 y que ha sido el lugar escogido por el portugués Joao Manuel Magalhaes, para mostrar al mundo su completísima colección de coches antiguos. En el Museo Automovilístico de Málaga, el visitante puede recorrer la historia del siglo XX y las más diversas temáticas a través de los coches. En las salas históricas, cada elemento contribuye a situarnos en el contexto: maletas y láminas en las paredes nos trasladan a tiempos pasados.
Empezamos por la sala dedicada a la Belle Époque, donde los ejemplares automovilísticos expuestos muestran los inicios de esta industria y cómo en un principio los coches eran prácticamente coches de caballos, pero sin caballos. Nos cuenta nuestro guía, un apasionado de la materia, que aspectos como el confort o la seguridad vial eran todavía secundarios en aquella época y que lo importante era ser visto, puesto que ir en coche era un acto social, de ahí que se diera prioridad a la altura de los asientos. Sin embargo, a medida que la utilización de este nuevo medio de transporte se fue extendiendo entre las clases altas, se fueron incorporando también en su fabricación más elementos de confort. Los años 20 vienen marcados por la emancipación de la mujer, su interés por el automóvil, la prosperidad económica y el apogeo de la marca de coches Hispano-Suiza. Tras el crac del 29, se inicia la época art déco, que nos cuentan es la época dorada del mundo del automóvil. Después de contemplar el lujo, la elegancia y la atención por los detalles decorativos de los coches de esta sala, no nos cabe duda al respecto. De los años 50, el museo destaca en primer lugar los automóviles asociados al sueño americano, algunos de ellos incorporaban ya avances como el control de velocidad. Mientras, en Europa, los coches son una muestra más de un nuevo estilo de vida, la llamada “dolce vita”.
En cuanto a las salas temáticas, contienen una interesante representación de coches populares destinados a la clase media de la postguerra, coches de diseño y coches de tradición inglesa. Incluso hay espacio para las energías alternativas y el tuning en este cuidado museo. Finalmente, para los interesados en el mundo de la moda, el recorrido comprende una exposición de sombreros y sombrereras vintage de diseñadores como Balenciaga, Givenchy, Balmain, Dior o Chanel…
Así, tras estas dos visitas, habremos conocido una Málaga especialmente interesada en la naturaleza y el mundo del automóvil, aspectos que completan de forma original la tradicional oferta viajera de esta maravillosa ciudad.
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