SELECCIÓN, de miss desastres naturales

Tu amor es un cilicio

 

Tu amor es un cilicio

Cuando me lo quito, me lo arranco, me despojo de él

Ya lo estoy añorando

Síndrome de tu presa

Condenada a tu aroma y a tu azote lírico.

 

Lo observo y pienso en el dolor,

No lo siento,

Lo dibujo con mi mente,

Veo sus marcas,

Las recorro con mis dedos,

Mi fetiche,

Tu sudor.

 

Después vuelvo a colocarlo en su sitio

Que es mi piel

Porque tú eres mi religión

Apretándolo, haciendo agujeros a la hebilla de la

agonía

Que es dulce y sabe dar dentelladas.

 

Siento cómo se hunde en mi muslo, en mi corazón

En el adentro que sólo tú palpas,

Con punzadas placenteras y llenas de noche.

 

Algo que hurga, que escuece,

Que me pone del revés.

Es lo que busco.

Algo que conoce mis flaquezas

porque las inventa

y se recrea en su poder .

Es lo que eres.

Que me atraviesa y me destruye,

que busca en mi amasijo de placer.

 

Un trasnochar eterno en ti

Con abordaje canino y letal

Declinas mi vida que te ofrezco en bandeja

Porque prefieres de mí todo robarlo.

Ansías verme latir entre tus brazos

Así, desde abajo, se consumen las nubes negras

Que inundan tu cabeza y te sumergen en constante

letargo.

Que estoy aquí para salvarte, digo.

Como el pájaro que se posa en tu corazón y se agita

Y se eleva y gorgojea en su prisión.

Así, así eres cuando soy.

 

"Sin título", de Victoria Diehl. (2007)

«Sin título», de Victoria Diehl. (2007)

 

 

 

aeropuertos y salas de espera

 

tú que fuiste poema antes que carne

y delirio antes que certeza

yo que era un apátrida en los burdeles,

donde se es apátrida o no se es nada,

porque son eso los burdeles,

aeropuertos y salas de espera

para las urgencias del corazón.

tú que fuiste visión antes que mirada

y flecha antes que herida.

después vendría tu cuerpo y el desasosiego,

como las ristras de bombillas coloreadas

que el viento mece después de una fiesta

o el escenario vacío de una plaza también vacía.

para ti que fuiste poema antes que carne.

 

"Berlín sin ti", de Marisa Vadillo. (2005)

«Berlín sin ti», de Marisa Vadillo. (2005)

 

 

 lo inesperado

 

cuando uno dice no te esperaba tan tarde y aún así te dejó la luz de fuera encendida, significa que te esperaba encarecidamente, y el tan tarde equivale a media vida y tres cuartos de hora. cuando uno escucha algo así, no queda otra opción que no sea derramarse por arriba, derrumbarse por abajo y desangrarse de pasión en ese orden, formando un charco hermoso de dolor que ya no duele.

cuando nos dedicamos a hilar un atlas de sentimientos errados y hemos tomado tantos barcos que nos marea la vida terrestre, no nos creemos las cosas a la primera, en realidad no nos creemos las cosas ya nunca, siempre a la espera de la vuelta de tuerca, lo nuestro siempre es un thriller, nos decimos, o eso, o acabaremos siendo el escritor que flota boca abajo en una mansión de sunset boulevard.

y nos damos cuenta de que a la trinchera, que era para un rato, para salir del apuro, ya le hemos puesto lámparas, televisión por cable y nombre al perro y del fragor de la batalla quedan dos heridas que se fueron borrando como huellas en la arena.

y es que el impulso más grande acaba siendo el que apaga la luz al caer derrotados después del mismo día repetido.
en lugar de la red, quitamos el precipicio y ahora el salto es la mueca y el corte de manga que nos devuelve el espejo.
así que con todo esto,
tú, experto en cartografía del alma
tú, animal que delinques sin respiro en mi mente y en mis ganas,
trae tu cuerpo y trae tu rabia
ni se te ocurra dejar nada.
en el fondo te esperaba.

 

"Getting the Bird Out", de Kiki Smith. (1992)

«Getting the Bird Out», de Kiki Smith. (1992)

 

 

sin intoxicarla

 

pregúntale al diablo

si te queda algo

por empeñar

 

y si es así dame una noche

una sola noche

 

quebrémonos

salvémonos

 

y mi ropa yacerá

como un animal somnoliento

a los pies de tu cama

 

sabes que eres el viento

golpeando en la ventana

de mi deseo

 

sabes que eres el dios salvaje

que reina

en mi alma

 

sé de tus amaneceres

sé de tus oscuridades

 

comparto ese lenguaje

del silencio

que pocos entienden

 

arranco la maleza

de tus senderos ocultos

y puedo darte luz,

aire y 21 grados

 

saca lo mejor de ti

saca lo peor de ti

 

y si pretendo escapar

muérdeme los tobillos

 

tú puedes.

 

"Sin título (monstruas)", de Marina Núñez. (1997)

«Sin título (monstruas)», de Marina Núñez. (1997)

 

 

mis desastres naturales

 

que aquí se sufrió un incendio

te dirán mi olor a humo y las cenizas de mis intentos.

que pasó un vendaval

y me dejó desnuda y algo aturdida

en mitad de esta mala ciudad

que ni es lo suficientemente grande para perderme

ni lo suficientemente pequeña para encontrarme.

que llegó un invierno frío

que acabó con las huertas

igual que acabó con mi esperanza.

que sufrí un pequeño terremoto

ignorado por la escala de Richter pero que echó mis cimientos por los suelos.

que subió la marea

y en lugar de ahogar mis penas disfruté de un cruel naufragio.

pero a pesar, muy a pesar de éstos,

mis pequeños desastres naturales,

se dice que la tierra es sabia

y que aunque no olvida,

es capaz de rehacerse

aunque sólo sea…

para volverse a deshacer.

 

 

 

 

 

 

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