¿Sabías que…? Esas extrañas pelucas rubias

Por Helena Psijalis.

La peluca «cloché», con el mismo nombre que los sombreros acampanados de los años 20.

Las pelucas y las extensiones siempre han sido algo muy habitual dentro del cine, pero uno de los objetos más extraños que han pasado por la cabeza de las actrices son estas pelucas artificiales de color platino y fabricadas a base de hilo metálico; cuidadosamente trenzadas y peinadas como un casco rígido a la moda del momento.

Mary Pickford ya usaba cabello extra en la década de 1910 para hacer más espectacular su mata de bucles. Según las malas lenguas, sus extensiones procedían de cabelleras de prostitutas, lo cual tiene gracia, ya que su su melena era un símbolo inequívoco de la virtud femenina americana y de la llamada silent virgin, personaje virginal y angelical del cine mudo.

Sin embargo, cuando aparecieron a finales de los años 20 estas pelucas cortas y moldeadas de color rubio platino, representaban todo lo contrario: la vampiresa, la urbanita, la mujer moderna.Por aquel entonces, la imagen de la vamp parecía solo admitir dos tipos de tonos: el cabello negro azabache o bien el rubio platino casi blanco; todo lo contrario al rubio trigueño y el suave castaño relacionado con los personajes de las ingenuas (como la figura de la esposa en Amanecer, 1927) mientras que el pelirrojo se atribuía algunas simpáticas pícaras como Clara Bow o Nancy Carroll.

Muchas de estas pelucas estaban fabricadas de hilo metálico y eran muy artificiales. En ocasiones dudosamente favorecedoras, sobre todo para aquellos rasgos que tenían poco o nada que ver con el rubio platino; pero resultaban siempre exóticas y dotaban a la portadora de cierto frívolo artificio muy apropiado para la imagen de las vampiresas, divas, consentidas actrices y demás «malas mujeres». Otra forma más de autoparodia. En el filme mudo español El Misterio de la Puerta del Sol (1929) Nita Moreno representa a la diva de la pantalla «Lya de Golfi» en clara alusión a la húngara Lya de Putti, conocida actriz del momento en un malicioso juego de palabras.

Con la moda de la melena platino, encabezada por Jean Harlow, muchas actrices probaban estas pelucas en escena en vez de atreverse directamente con el tinte.

Nita Moreno en El Misterio de la Puerta del Sol (1929). Las pelucas de hilo metálico en el cine mudo español.

 

Algunas de estas  antiguas pelucas aún son buscadas por coleccionistas de art deco

 

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