Lo fetisch

Por Francisco Traver Torras

 

Albert Watson©

Albert Watson©

 

El fetichismo es probablemente el primer culto religioso del que tenemos noticia. Un fetiche es un objeto que representa a otro en su ausencia: no lo supimos hasta que Frazer aquel antropólogo tan famoso -que incluso cita Freud en Totem y Tabú- nos contó en aquella obra maestra titulada “La rama dorada”, las leyes de la magia. Pues fetichismo, magia y religión primitiva o totémica son equivalentes.

 

Frazer nos explicó como funcionaba la magia y lo hace mediante dos leyes fundamentales:

  • La ley de la semejanza: si un objeto A se parece en algo a un objeto B, A y B participarán de las mismas propiedades.
  • La ley de la contaminación: si un objeto A entra en contacto con un objeto B, este objeto B queda impregnado con los atributos de A.

 

Y dos coletillas:

  • La parte representa al todo
  • Lo semejante produce lo semejante

 

El fetichismo es pues el culto mágico a un objeto cualquiera, siempre y cuando ese objeto cumpla alguna de las leyes de la magia anteriormente citada, porque el objeto en sí carece de importancia, lo que importa es aquello que representa. El fetichismo sexual se refiere siempre a la mujer y al misterio de sus atributos faltantes, es por eso que el fetichismo es siempre femenino incluso para las mujeres pues en el hombre el “Gran fetiche” coincide demasiado claramente con aquello que representa, el falo representa al pene y por tanto se equivalen, sin embargo en las mujeres las nalgas no están representando a las nalgas sino a aquello que ocultan entre ellas. En esta fotografía fetisch podemos observar el culto a las medias uno de los supremos fetiches femeninos, pues son ellas las que velan u ocultan a medias las piernas entre cuyas junturas se encuentra precisamente lo que falta. La vista se dirige a las medias a pesar de que la desnudez de la mujer induce a llevar la mirada hacia sus muslos, es precisamente ese engaño sin mentira la esencia del fetichismo.

 

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A los culos femeninos también se les rinde pleitesía, pues son los promontorios donde se oculta el umbral, ese que los héroes tanto temen cruzar: la evidencia de que la nada existe. Una nada que se oculta detrás de la penumbra y que solo se intuye, pero la mirada ya ha sido desplazada a los glúteos, allí donde no hay peligro.

 

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Es por eso que se inventó el bondage : como una sofisticación del retardo y como una inmolación del cuerpo femenino en la pira de lo imposible, ataduras, lazos, velos, correas, cremalleras, piercings, botones o cuerdas, lo que se trata de conseguir es que el cuerpo de ella no reviente hacia afuera, se trata de un cuerpo que contener, abotonado en sus ojales entreabiertos, un cuerpo que amenaza con fragmentarse si sus orificios desvelaren el secreto.

 

@Sergey Popoff

@Sergey Popoff

 

 

Una venda oculta la cara y los ojos, pues es a través de la mirada que existe el otro, -oculta la mirada- el otro se cosifica y se trasmuta en un ídolo, en un fetiche primitivo al que rendir culto y al que no temer.

 

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Y es a través de las redes como pescamos peces y también significados, dentro de la malla el cuerpo no puede volatilizarse, ahí está preso en esa función eterna de ocultamiento de lo que no existe: los genitales femeninos.

 

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Es por eso que a veces el arte se transforma en objeto de consumo como en esta orient-doll una muñeca fetiche a medio camino entre el arte y el onanismo doméstico.

 

orientdoll

 

Pero a veces el fetichismo se confunde de tal manera con lo religioso que algunos artistas consiguen traspasar el límite que separa el misticismo de lo puramente erótico y nos recuerdan que lo erótico y lo sagrado son parientes cercanos.

 

En esta página hay una buena muestra de arte fetish.

 

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