El norte de Gales, tierra de castillos

Por Andrea Barragán

 

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El País de Gales es casi tan desconocido como encantador. Uno se lo puede imaginar lleno de verdes praderas donde pastan las ovejas a sus anchas y de pequeños pueblos de casitas fabricadas en piedra. En efecto, ha acertado.

La capital, Cardiff, ubicada al sur de Gales es probablemente la única ‘ciudad’ existente en el territorio, en el sentido amplio del término. El resto son localidades de mayor o menor tamaño, costeras o no, y marcadas por un rica historia de reyes, disputas y conquistas.

Pero viajemos hacia la zona norte de esta nación perteneciente a Reino Unido, concretamente al condado de Gwynedd, un área que se ha convertido en el centro del nacionalismo galés y donde la gran mayoría de la población tiene como primer idioma el galés. En alusión a las historias de Tolkien, muchos visitantes lo tachan de lenguaje élfico, por su extraña combinación de letras que consigue que las palabras se tornen impronunciables.

 

Comencemos nuestra ruta de los castillos.

 

Castillo de Caernarfon

 

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Caernarfon es una de las poblaciones mayores del condado y, además, su centro administrativo. Su mayor reclamo turístico no podía ser otro que su Castillo, probablemente el más famoso de Gales. Esta fortaleza, que data de finales del siglo XIII, tuvo el honor de acoger la coronación del príncipe Carlos en el año 1969.

 

Castillo de Conwy

 

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A escasos kilómetros al norte de Caernarfon se localiza Conwy, otra de las grandes fortalezas medievales de Europa y una de las más impresionantes del País de Gales, también construida a finales del siglo XIII y bajo mandato del rey Eduardo I de Inglaterra.

Pasee por la muralla que rodea la localidad, intacta, y que ofrece extraordinarias vistas de la costa.

 

Castillo de Harlech

 

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El Castillo de Harlech es otra maravilla arquitectónica y debe su grandiosidad, sobre todo, a su localización, pues se sitúa en la cima de un acantilado, muy próximo al mar de Irlanda.

La población, ubicada en la bahía de Tremadog constituye un excelente punto de partida para visitar el Parque Nacional de Snowdonia, donde se encuentra el pico Snowdon, la montaña más alta de Gales.

 

Castillo de Criccieth

 

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Un último lugar que no debiéramos perdernos es el Castillo de Criccieth, bastante más derruido que los anteriores. Merece la pena ascender hasta lo alto del promontorio donde se halla para contemplar la relajante bahía de Tremadog.

Criccieth es un pequeño pueblo que apenas alcanza los 2.000 habitantes, en el que el azul del mar de Irlanda, el verde intenso de los prados y el amarillo de las flores se mezclan, como ocurre en otros muchos municipios galeses.

Aunque apetecibles, pocas ocasiones encontrará el viajero de adentrarse en las sugerentes playas, debido al tiempo lluvioso que caracteriza a las Islas Británicas y, en especial, al territorio galés.

 

Andrea Barragán

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