Por Jacobo Heras Cid

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La seguridad, perfección y excelente organización nipona apuntalan a Tokio como la favorita para obtener los Juegos Olímpicos del 2020. Los asiáticos van por su segundo intento seguido tras no conseguir la competición del 2016. A pesar de que económicamente son los de mayor poder entre los candidatos, cuentan con el nivel más bajo de apoyo entre los ciudadanos con apenas un 65 por ciento. De acuerdo a una encuesta reciente, este porcentaje ha crecido hasta el 90%, sin embargo hay muchos locales que prefieren no opinar respecto al tema y por eso existen dudas respecto a qué tan real es ese número de personas a favor.

 

Si ganan, será la segunda vez que administran un torneo plurideportivo así de importante, la primera vez fue en 1964. De hecho, si son los vencedores, utilizarían el Estadio Nacional de Kasumigaoka, construido en ese año. Necesitarían alrededor de mil millones de euros para remodelarlo. Los planes incluyen ampliar su capacidad a 80 mil asistentes y colocar un techo retráctil. Los japoneses aseguran que prácticamente la totalidad de los eventos se llevarán a cabo en el centro de la ciudad, a no más de 8 kilómetros donde se instalará la villa olímpica.

 

Los choques de yudo se disputarán en el mismo recinto en el que los Beatles ofrecieron algunos conciertos en 1966, el Nippon Budokan. Los cotejos de balompié se irán a Miyagi, poblado cuyas costas quedaron destrozadas por culpa de último tsunami. Yumenoshima, una isla artificial compuesta en gran de desechos, sostendrá los lanzamientos de tiro con arco. Con esto, los orientales aprovechan toda la baraja posible para albergar cómodamente este encuentro.

 

La ‘piedra en el zapato’ para los isleños, es la radiación de la planta de Fukushima y sus fugas. Actualmente no han conseguido detener por completo el derrame de la refulgencia y eso activa las alarmas en el Comité Internacional. Además, Pyeongchang, urbe en Corea del Sur, ya tiene en el bolsillo los Juegos Olímpicos de Invierno en el 2018 y al COI le molesta que países vecinos reciban acontecimientos deportivos de manera consecutiva. Justamente que China fuera el que manejara las olimpiadas del 2008 fue un factor negativo en la candidatura de Tokio 2016.

 

El Primer ministro Shinzo Abe y el Gobernador de la capital Naoki Inose vuelcan sus esfuerzos para cumplir este deseo. Se les ha visto regalando pines para promover la idea. Nombraron a ‘Doraemon’ su embajador especial para atraer al público joven y al mismo tiempo dar una imagen internacional, ya que dicha caricatura se transmite en varias patrias. Igualmente, han ahorrado dinero nada más para esta cita. Reservan su peculiar “alcancía” con el fin de romperla si finalmente son los elegidos.

 

Los favoritos de las casas de apuestas tienen pequeñas manchas en su expediente, no obstante son relevantes. La cultura japonesa pinta a esta opción como la más sensata y la que puede garantizar una mejor organización. Los horarios para el resto del mundo también supondrían un contraste con su fuerza financiera.
 

[Sin Embargo]

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