40, una novela que hará pupa y cosquillas

El buen humor está infravalorado. No me refiero al humor que arranca carcajadas, a la broma triunfal del héroe ni del sarcasmo, ácido o tierno, del antihéroe. Hay novelas con un humor absurdo, lúcido e infantil como el de Tres sombreros de copa. Hay novelas con juegos de ingenio, palabras  como los dulces de colores que deslumbran desde el escaparate de “Caramelos Paco”, la madrileña tienda que, en las primeras páginas, nos da la bienvenida al libro de Oscar M. Prieto, “40” y a los vaivenes de su protagonista. Hay novelas en las que resuena la risa de Demócrito, que hiela casi la nuestra.

Es difícil encontrar auténtico buen humor como el que despliega Cosmo, el protagonista de 40, en su viaje desde los brazos de una amante ocasional hasta la fiesta del cumpleaños que da título al libro. La historia de 40 es un viaje hecho de muchos viajes. Comienza con peregrinaje nocturno en busca de una mujer apenas entrevista. Continúa con una ambulancia que traslada al protagonista al hospital donde se decidirá su destino. Mientras restaura un mueble, paradójico oficio de aquel que parece vivir de pedazos en lo demás, el destino, con un pequeño torbellino de aire urbano, se manifiesta y conoce a la mujer que lo llevará al viaje del que volverá con las manos vacías y el alma más vieja y más limpia, como una camisa planchada y remendada muchas veces, pero blanquísima. Un periplo a Francia para ver que los huecos que deja el tiempo no se llenan.

40  es la sexta novela de Óscar M. Prieto (Benavides de Órbigo, León, 1973), que ya publicó Love is a Game, Las horas se ríen de mí, El tercer sacramento y Palabras de carne y hueso. Recientemente, vio la luz Berlin vintage, una novela sobre un Caravaggio tan gamberro como lúcido. ¿Quién no hubiese hecho lo mismo en su lugar?, nos pregunta una y otra vez el libro, ante los ataques de ira y el orgullo herido del pintor. Igualmente, en 40, Cosmo toma la decisión del buen humor y vuelve a preguntarnos si haremos lo mismo que él.

Y la pregunta es seria, porque el verdadero buen humor es serio. Y serio es Cosmo cuando se mira a sí mismo para ver cómo cambia, viaje tras viaje, en sus conversaciones con sus amigos, en sus visitas a la comisaría, en la limpieza de su casa, mientras contempla la aurora boreal, cómo cambia mientras se acerca a la conciencia del viaje definitivo.

Comenzando por el prólogo de Alejandro Díez Garín, Álex Cooper, la novela está plagada de referencias culturales que comprenderán bien los lectores que compartan, año arriba o año abajo, la edad de Cosmo. Un novela amena, variada, con un ritmo bien manejado, que engancha. 40, una novela que da en el clavo con reflexiones e imágenes que van a hacer pupa y cosquillas a un grupo poblacional lector amplio y con ganas de cosas así. Un mundo de canciones, películas y libros que tejen un trasfondo que ha sido el de muchos. El de muchas fiestas, muchas noches y muchos amaneceres. El verso de “Esperando un milagro”, de Los Ronaldos,  canción que suena en la novela, invita a dejar de esperar el milagro y a abrir los ojos. Porque pasa cada día. Y 40 lo celebra.

 

Ruth Miguel Franco

Profesora de Lengua Española de la Universitat Illes Balears y Escritora.

 

Oscar M. Prieto, 40 (396 pp), Eolas Ediciones, 2017.

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