Zapatos, zapatitos, amados compañeros de camino: ¿cómo cuidarlos?

Amamos los zapatos, ¿pero sabemos cuidarlos de verdad? Pareciera que sí, muchas veces estamos seguros de que los cuidamos al máximo, pero la verdad es que a veces tenemos prácticas muy contrarias al cuidado que pueden poner en riesgo la vida útil de nuestros amados compañeros. Poner atención al cuidado de nuestras cosas es sumamente importante, desde nuestro calzado, nuestros utencilios de cocina, hasta nuestros dispositivos móviles donde apostamos en 22Bet.

¿Quién no ha llevado ese zapato hasta que se ha desgastado hasta sus últimas? Y luego adoptó el estilo grunge para no deshacerse del compañero de andanzas.

 

Bueno, nuestros zapatos además de un indicador de estilo, también son objetos de cariño, y a veces nos gusta tanto un zapato que nos gustaría dormir e incluso bañarnos con él, por cierto, esto nunca es recomendable. No mentira, es broma pero no lo hagan.

 

Hay innumerables formas de cuidar tus zapatos, de tenerlos como nuevos durante más tiempo y eso es estupendo, por otro lado también hay muchas formas de estropearlos.

 

Esta es una de esas listas que te ponen la piel de gallina si te encantan los zapatos, como a nosotros, pero son necesarias, para que hagas todo al revés y cuides tus zapatos como se merecen.

  1. Encabezando esta lista está el temido moho. Los zapatos cerrados acaban siendo húmedos, porque por muy limpio que estés, siempre habrá días de calor con mucho sudor, o días de lluvia, en fin, si hay humedad y no hay cuidado, eres totalmente susceptible al moho. A estos bichitos les encantan los lugares húmedos, cálidos y oscuros, y de un día para otro trasladan colonias enteras, por lo que, si observas signos de moho, toma inmediatamente las medidas necesarias para eliminarlo, limpiando bien los zapatos.
  2. Meter los zapatos en la lavadora. Ah, la practicidad de la vida moderna, la rapidez de la vida cotidiana y la liquidez de las relaciones, lo que me queda es lavar las zapatillas en la lavadora. Mira… si realmente no tienes tiempo, puedes incluso dejarlo pasar, pero puede destrozarte los zapatos.  Además de que los golpes y roces de la máquina son muy perjudiciales para el tejido del zapato, puede encoger, estropear las puntas de los cordones, en definitiva, entrará bonita y saldrá muy debilitada. Si este sensato llamamiento no le ha hecho declinar la idea de lavar mecánicamente sus zapatillas, ¡tenga cuidado! Lava los cordones a mano, no utilices lejía, pon los zapatos dentro de una bolsa especial o funda de almohada para protegerlos, déjalos secar a la sombra y pon papel de periódico dentro para que no encojan.
  3. Secar los zapatos mecánicamente o a pleno sol.  Recordarás que había gente que incluso ponía los zapatos detrás de la nevera para acelerar el proceso, no se puede, un secado violento es muy perjudicial, puede despegar la suela, o endurecerse, ablandarse, deformarse, los zapatos de piel pueden incluso distorsionarse y deformarse, un secado rápido no merece la pena, hazlo bien, deja secar los zapatos a la sombra, en un lugar bien ventilado.
  4. Hay quien quiere tener una casa sólo para zapatos, de varias marcas, estilos y colores, por otro lado están los que quieren lo básico y un par de zapatillas por si se les rompe la correa. Tanto en un caso como en el otro, hay que extremar el cuidado incluso para guardarlos, apilarlos hará que pierdan la forma, se irán resintiendo, y poco a poco no serán ni sombra de ese precioso zapato que te enamoró.
  5. Bromhidrosis del griego Bromos (hedor) e hidros (agua), es decir, sudor con mal olor, más claro aún, los infames pies. Llevar constantemente el mismo zapato cerrado sin los cuidados adecuados puede causar esta desagradable cosita y, por desgracia, evolucionar a cosas más graves como la micosis.

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