Con las manos en la tierra

Por Áurea Moltó.

Hay un libro que debería estar en todas las casas: en las de familias con hijos, en las de singles y en los pisos de estudiantes. Es un libro bellísimo, asombroso, divertido. Para adultos y para niños. Es una biblia de la ecología y En Verde no puede avanzar sin rendir homenaje a La vida en el campo, de John Seymour (1914-2004).

Son varias las razones que explican esta presentación tan enfática, que extiendo también a los otros libros del escritor, divulgador, ecologista y activista británico: El horticultor autosuficiente y, sobre todo, Guía práctica de la vida autosuficiente, el gran éxito que a mediados de los años setenta (en lo más duro de la crisis del petróleo) consolidó a la editorial británica Dorling Kindersley, con más de un millón de ejemplares vendidos en más de 20 idiomas.

El primer motivo para comprar o regalar cualquiera de los manuales de Seymour es la belleza de sus miles de ilustraciones, algunas dibujadas por su mujer Sally Seymour. Yo debía tener nueve o diez años cuando mi padre compró La vida en el campo a un amigo que cada mes venía a casa a presentarle novedades editoriales. Me pasaba horas hipnotizada mirando esos dibujos que mostraban una sociedad utópica donde familias felices amasaban su propio pan, cultivaban hortalizas, construían setos o fabricaban ladrillos.

El segundo motivo tiene que ver con el actual revival del do it yourself/hazlo tú mismo, que ha multiplicado por aquí y por allí los talleres de ganchillo o los espacios para huertos urbanos. La semana pasada, fisgoneando en la sección de jardinería de una gran librería de Madrid, llegué a la conclusión de que los libros de Seymour siguen siendo hoy, casi 40 años después de su publicación, guías perfectas para ponerse manos a la obra: remover la tierra de un tiesto y sembrar unas semillas.

El efecto de meter las manos en la tierra es inmediato y de forma inconsciente el individuo siente cómo se activa su ADN de agricultor-recolector. Es además una manera de tomar control de nuestra vida y dar rienda suelta a la creatividad a través de las manos y en contacto con la naturaleza. “Hay que estar al corriente de los procesos reales de creación. La innata creatividad del hombre no es algo trivial o accidental”, dice en el prólogo de La vida en el campo E. F. Schumacher (1911-1977), economista británico autor del influyente ensayo Lo pequeño es hermoso: economía como si la gente importara.

La larga y completa vida de John Seymour puede leerse en múltiples páginas de Internet. Se le considera el “padre” de la autosuficiencia, entendida no como la vuelta a un pasado idealizado, sino como la búsqueda de una vida más grata a través de la iniciativa, la creatividad y la responsabilidad personal. Vivió en Reino Unido, Suráfrica, Etiopía, Kenia, India, Irlanda… siempre aprovechando para conocer las prácticas agrícolas tradicionales de esos lugares y observando el impacto del hombre en la naturaleza. Seymour fue un auténtico ecologista y vivió como tal, creando una escuela que aún hoy sigue atrayendo a personas de todo el mundo.

Los libros de Seymour están disponibles en español en la editorial Blume.

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