Hablemos de nuestra pasarela: La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Por Minerva Santana
Tras la resaca de la alfombra roja de los Goya, comenzó la semana de la moda madrileña. Andrés Sardá después de la ausencia en la anterior edición, por problemas de agenda, fue el encargado de abrir esta 57ª edición con su sensual Dualidad . Sedas, exquisitos encajes y transparencias muestran a una mujer única con dos versiones de sí misma. El omnipresente negro, el erotismo del rojo compiten con un azul klein que daba mucha vida a ciertas prendas. El detalle de los complementos como las pelucas de plumas, las estolas de piel de Silvia Marotti, algunos apliques de cristales Swarovski o el encanto fetichista de las piezas de Assad Awad componen un desfile de lencería más allá de la ropa interior, creando fantasías.
El Overdous de Francis Montesinos vino cargado de toda una retrospectiva a los mejores momentos de su carrera, a esos añorados 80’s y como no, a la movida madrileña. Brillantes bombers, bermudas faldas-pantalón, estampados de pañuelo en vestidos, blusas, boleros y pantalones. Seda elástica, encaje, lentejuelas, terciopelo daban paso a una segunda parte del desfile más punk, vestidos entallados de cuero negro sorprendían antes de acabar con una representación de «Made in Spain» y recordar sus colaboraciones en vestuario para peliculas. Capas y volantes muy folklóricos. Cerró con el guiño a su colaboración con el musical de Berlanga » A quien le importa» que está punto de estrenarse y del que pudimos ver un previo al final de su desfile.
Hannibal Laguna y su Barock and Roll bajo la premisa de «más es más». Faldas voluptuosas o abullonadas, cuerpos de encaje… El toque barroco en bordados y el rockero en la estética de las modelos. La conocida textura tornasolada y los clásicos vestidos de seda en diferentes tonos. Muchas sueñan con sus vestidos de noche y las costureras con cobrar sus nóminas. Sorprendió ver el gran influjo del Dior de Raf Simons, concretamente el modelo que hizo deslumbrar a Maribel Verdú el domingo por la noche, a pesar de llevar el bajo de aquella manera. Algo de la influencia de Simons también la pudimos ver en el desfile de Ana Locking.
El Zou Bisou Bisou sonaba y la colección sesentera de Teresa Helbig desfilaba a un ritmo que gusta. Con la piel y el punto roma como tejidos estrella en colores como el negro, en binomio con el blanco, camel y nude. Muestra una silueta espléndida muy característica en sus diseños, vemos uno monos tanto largos como cortos que enamoran, y esos mini shorts muy Helbig. Hubo espacio hasta para los cuadros y los tan amados vestidos capas. La noche nos trajo los largos con el brillo de sutiles lentejuelas. Ella siempre consigue presentar colecciones que te llevarías a casa sin dejar nada atrás.
El lunes lo cerraron Juana Martín con una colección muy invernal en cuanto a tejidos y colores bajo el nombre de Tradición. Que comienza con cortes algo masculinos para llegar a estructuras con más volúmenes recordando a su Andalucía natal con unos volantes muy femeninos y contundentes. Y Maya Hansen que presentó un desfile inspirado en los alpes austriacos con la presencia de un carnero como símbolo. Estampados digitales y caleidoscópicos deambulaban al ritmo de una música clásica que ralentizaba el desfile. No faltaron sus característicos corsés entre los cuales destacan dos espectaculares, uno realizado en madera que abría el show y al final, el trabajado en cristales de Swarovski que pesaba diez kilos y recordaba a la fortaleza de Superman.
Destacar de la segunda jornada a los hermanos de Ailanto inspirados por Sonia Delanuay, la pintora ucraniana y su obra, en una colección con puntos setenteros y bohemios. En la que se mezclan los cortes masculinos en los abrigos y chaquetas con la feminidad en la silueta de las faldas y vestidos. La gama cromática es de una variedad exquisita que alegra una época invernal con gusto, al igual que los prints geométricos.