El árbol, el fruto y la cocina – El almendro y las almendras

Por Linneo

EL ÁRBOL

Pertenece a la familia botánica de las  Rosáceas (Rosaceae). Su nombre científico es Prunus dulcis (Miller). En castellano Almendro, en Aragón Arzollo, en catalán Almetller, en las Baleares Amaller, en euskera Almendrondo y en gallego Almendreiro.

El tronco cuando es joven es liso, pasando a ser muy agrietado con el tiempo, siendo este agrietamiento característico de esta especie.

La corteza es verde, cuando el árbol es joven, y marrón y grisácea cuando el árbol es adulto.

Las hojas son de tipo lanceolado, largas, estrechas y puntiagudas, más pequeñas que las del melocotonero, y más planas, de color verde intenso, aunque se observan diferencias apreciables de color entre variedades. Los bordes son dentados o festoneados.

La flor es pentámera (consta de cinco partes) con cinco sépalos, cinco pétalos con colores variables entre blanco y rosado; estos pétalos pueden estar más o menos escotados centralmente, llegando incluso a solaparse en algunas variedades.

La semilla es el producto de consumo; posee dos tegumentos envolventes difícilmente separables, la testa y el tegmen (envoltura), que inicialmente son verdosos, pasan a color amarillo y de él a castaño claro y marrón, que va oscureciéndose con el tiempo; siendo un buen índice de envejecimiento de la semilla.

El almendro es una especie muy rústica, por lo que sobrevive en condiciones muy complicadas, aunque con mayores dificultades disminuye su rentabilidad. Es un frutal de zonas cálidas, por lo que resulta poco tolerante al frío y es muy tolerante a la sequía.

Demanda un largo período para la maduración del fruto, de forma que la floración tiene lugar en enero y hasta nueve meses después no se recolecta. El paisaje níveo que forman los  almendrales floridos se asemeja mucho al de los Cerezos con la diferencia de que se produce primero.

EL FRUTO

Son muchas las variedades cultivadas, no obstante, las almendras dulces pueden clasificarse en dos grupos, las de cáscara blanda llamadas ‘mollares’ y las de cáscara dura. De cáscara dura: Marcona (mazapán y turrón), Largueta (chocolates y almendras tostadas con piel), Planeta (garrapiñadas con azúcar.), Mallorca (turrón, mazapán, leche de almendras), Valencias (utilizada en pastelería).

De cáscara blanda (mollares) y semiblanda: la principal variedad es Mollar de Tarragona. Se vende con la cáscara para consumo directo. Peligro de ataques de insectos y de hongos. Con cáscara semiblanda Almendras de Ibiza, mezcla de variedades con floración tardía.

La almendra es uno de los frutos secos con mayor aporte de vitamina E, una vitamina cuya ingesta a menudo está por debajo de lo que sería recomendable y que ejerce un valioso papel antioxidante. 50 g diarios de almendras crudas cubren las necesidades diarias de esta vitamina.
Otro punto destacable es su contenido en fibra. A pesar de su aspecto seco y homogéneo, la almendra posee una cantidad notable de fibra soluble (10%). Es ideal para estimular los movimientos intestinales y para conferir sensación de saciedad.
La almendra es también rica en proteínas (19 g/100 g), cantidad similar a la de la carne. Por ello en las dietas vegetarianas las almendras y los frutos secos en general tienen una gran importancia.
La grasa, un regalo para las arterias. Las almendras tienen un 52% de grasas. De ellas, dos terceras partes corresponden a ácido oleico. Esto quiere decir que tomar almendras es muy parecido a tomar aceite de oliva desde el punto de vista cardiovascular.

LA COCINA

Las almendras son uno de mis frutos secos preferidos, y no sólo por su sabor, sino por sus variados usos en la cocina, y por sus múltiples propiedades saludables.
Este delicioso fruto seco aporta una gran cantidad de energía al ser consumido, así como proteínas, fibra, ácido oleico, vitaminas como la B1, la B2 y la E, y minerales como el zinc, el hierro, el magnesio, e importantes cantidades de potasio y calcio. Por ello, se trata de un alimento muy completo, ideal para niños en edad de crecimiento, para embarazadas y para los ancianos.
Su uso en la cocina es variado y muy empleado sobre todo en postres. Además de consumirse cruda, en aperitivos o como tentempié, la almendra puede encontrarse en infinidad de recetas de las más variadas formas: en turrones, en horchata, en helados, fritas, asadas, cocidas… Sus usos más populares son la salsa de almendras, la leche de almendras, la crema de almendras y el crocanti.

La salsa de almendras es ideal para servir acompañando a carnes y pescados, ya que potencia el sabor de los alimentos, y deja un sutil regusto a almendras en la boca. Mojar pan en ella es una auténtica delicia. Os dejo una sencilla receta por si os apetece intentarlo.

 

Salsa de Almendras

Ingredientes:

Aceite de oliva, almendras con piel, 2 dientes de ajo pelados, pan, 1 vaso de vino blanco, 1 vaso de agua, 1 cucharadita de azafrán.

Elaboración:

En una sartén con aceite de oliva, ponemos bastantes almendras con su piel y dos dientes de ajo pelado y partidos por la mitad. Los vamos dorando y sacamos el ajo antes de que se queme, ya que se fríe antes que las almendras. Mucho ojo con quemarlas, sólo debemos dorarlas ya que si no amargan.
Cuando estén listas, las reservamos. En la misma sartén ponemos un buen trozo de pan y lo doramos también por todas partes.
Ponemos en la Minipimer los ajos, las almendras, el pan, el aceite, un vaso de vino blanco, un vaso de agua y una cucharada de azafrán y a mojar.

 

 

Próxima entrega: El Pino piñonero y los piñones                                                        Linneo

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