«007: con licencia para beber»; un estudio afirma que si James Bond fuera real moriría a los 56 años de cirrosis

Por Ramiro Rivera/Sin Embargo

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Ni el Doctor No, ni Goldfinger, ni Ernst Stavro, sólo el Martini. Así, esta bebida hecha a base de ginebra y vermut, aunada a una cirrosis serían los peores (y más letales) enemigos de James Bond. ¿La razón? Las imposibles cantidades de alcohol ingeridas por el famosísimo Agente 007 a lo largo de su vida.

Esta fue la conclusión a la que llegó un artículo publicado por la revista científica British Medical Journal (BMJ), el cual apareció recientemente en una edición especial de Navidad, en donde figura este estudio sobre el consumo de alcohol del personaje, basado en el análisis de las 14 novelas escritas por Ian Fleming.

De esta manera, los especialistas del Nottingham University Hospital, encabezados por la doctora Indra Neil Guhase, especialista en enfermedades del hígado, se enfrascaron en la lectura de 12 libros del superespía y anotaron durante el repaso literario la cantidad de alcohol que bebía el agente secreto sin contar los días que permaneció preso, en el hospital o en un centro de rehabilitación.

 

alcohol-1024x654 Foto: Forbes

 

 

Según el artículo, a lo largo de todas sus novelas Bond sólo se mantuvo sobrio durante 13 días, mientras que su récord de consumo continuo es de 88 días, mismos en los que llegó a ingerir mil 150 unidades de alcohol, equivalentes a nueve mil 200 gramos. Un récord que haría palidecer a cualquier entusiasta del alcohol.

Así, los resultados mostraron que en promedio Bond ingería 92 unidades de alcohol cada semana, lo que equivale a 736 gramos. Es decir, cuatro veces más la cantidad recomendada para un hombre adulto en el Reino Unido, para quien el consumo diario máximo es en promedio de 49.8 unidades. Por otra parte, el dato más revelador fue que la esperanza de vida del espía se vería reducida dramáticamente con este modus vivendi que lo llevaría a la tumba, a más tardar, a los 56 años de edad.

Por tal motivo, los cinco martinis (agitados, no revueltos) habituales entre las costumbres diarias del espía concluyen que para este no hay otro destino más que la muerte por cirrosis o, siendo más optimistas, sufrir impotencia, depresión, hipertensión y otros problemas de salud relacionados con el alcohol, señala el estudio.

 

15589-438-292 Foto: United Artists

 

Mientras tanto, los doctores de Nottingham y Derby, que llevaron a cabo el estudio, fueron mucho más prácticos en lo referente a los estragos que el alcohol causaría en el desempeño de 007, afirmando que el superespía “no es el hombre al que se le confiaría la desactivación de una bomba nuclear”.

De igual manera, para Bond sería una auténtica proeza estabilizar su pulso para apuntar con su Beretta, mientras que su memoria para los números al momento de jugar póquer quedaría arruinada. Sin contar, además, que su alcoholismo probablemente le habría causado la disfunción sexual, lo que afectaría considerablemente su fama de mujeriego, señala el estudio.

Actualmente, ​​​la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija el límite de consumo de alcohol en 210 gramos por semana, correspondientes a aproximadamente tres copas de vino diarias, por lo que cualquier cantidad por encima de ese volumen es considerada un consumo excesivo. Asimismo, los hábitos de ingesta alcohólica son considerados como factor de riesgo a partir de 280 gramos y “nocivos” cuando superan los 420 gramos. Una cantidad que es superada por mucho por la marca de Bond.

 

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