Dispararon al pianista, de Fernando Trueba y Javier Mariscal

JOSÉ LUIS MUÑOZ

Muchos años después de esa enternecedora y bellísima historia de amor que fue Chico y Rita, el cineasta Fernando Trueba y el historietista Javier Mariscal vuelven a colaborar en esta Dispararon al pianista que, como aquella, tiene su epicentro en la música pero carácter y tono bien distinto, hasta el punto de que parecen haber inventado un nuevo género, el de documental animado que es una demostración de cómo desde la animación se puede hacer denuncia social y estremecer al público.

Tenorio Jr., un extraordinario pianista brasileño que acompañaba en sus giras al gran Vinicius de Moraes, desaparece sin dejar rastro en Buenos Aires cuando la Junta Militar fascista tiene los resortes del poder. Fue a comprar un sándwich a la esquina y ya no regresó a su hotel. Un periodista musical neoyorquino se interesa por su historia, investiga los hechos, entrevista a los allegados del músico, esposa, amantes, colegas (por el escenario pasan nombre míticos de la bossa nova, aparte del propio Vinicius, como Joâo Gilberto, Gilberto Gil, Caetano Veloso, Sergio Mendes, Toquinho que prestan sus voces a la animación de sus personajes) para intentar reconstruir lo que sucedió. Finalmente el periodista musical consigue los testimonios de algunos de los torturadores de la siniestra ESMA y descubre que el capitán Astiz, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, estuvo directamente implicado en la desaparición del músico brasileño.

Como ya lo hicieran en esa historia de amor romántica que fue Chico y Rita, homenaje a la música cubana, el tándem Trueba Mariscal vuelve a dar en la diana en esta su última colaboración rebosante de bossa nova, emoción y denuncia social que se visiona con rapidez, gracias a su montaje dinámico y a el trazo limpio y exquisito del dibujante catalán que se permite alguna autorreferencias como ese Cobi paseando por una playa brasileña.

Dispararon al pianista, por su título, es también un guiño a la nouvelle vague (À bout de souffle de Jean Luc Godard), a François Truffaut (que tiene un cameo) y a su film noir Disparen al pianista. Arte y fascismo tienen un difícil encaje. Los milicos argentinos no solo lanzaron a la hoguera libros y no solo asesinaron a Víctor Jara, al que el film, por cierto, también menciona.

 

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